21. Confianza

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Pablo Gavi

Estaba hipnotizado mirando como Val hacía piruetas cuando escuché como la puerta se abría.

Miré y vi a los chicos asomados mirando, así que les hice una señal para que entraran.

Entraron silenciosamente y Pedri, Ansu y Balde se sentaron en el sofá y el resto en el suelo.

Val estaba tan concentrada en el baile, que no se dio cuenta de que los chicos estaban allí.

Val miró a un punto fijo, cogió aire y empezó a girar sin ton ni son.

Giraba y giraba, mientras se daba impulso con su pierna derecha.

Todos abrimos la boca de par en par, era increíble lo que estaban viendo nuestros ojos.

La música acabó y ella dejó de girar para tumbarse en el suelo y respirar rápidamente.

Los chicos empezaron a aplaudir y a gritar mientras yo seguía con la boca abierta sin saber que hacer ni que decir.

Val se incorporó, quedando sentada en el suelo, mirando a los chicos mientras sonreía.

- ¿Que hacéis aquí? - preguntó.

- Estábamos en la sala de juegos y hemos escuchado música. Hemos abierto esta puerta y te hemos visto bailar - explicó Ansu.

- Nos hemos quedado a verte, no nos podíamos resistir - dijo Pedri.

- Me flipa esas vueltas que has hecho - habló Balde ilusionado - ¿cómo se hacen?

Balde se levantó y le extendió la mano a Val para que se levantara, y ella le correspondió.

- Se llaman pirouettes - respondió Val.

Balde estuvo unos minutos intentando hacer las vueltas pero no conseguía hacer bien ni la posición de los brazos.

- No tiene que ser tan difícil - dijo Ansu.

- Pues ven y pruébalo tú - se defendió Balde.

Todos se levantaron y fueron donde estaban Val y Balde.

Yo decidí quedarme sentado en el sofá mientras me reía del espectáculo que estaba viendo.

Ver eso me causaba mucha risa, así que saqué el móvil del bolsillo del pantalón y grabé disimuladamente.

A los 10 minutos Pedri consiguió dar una vuelta.

- ¡Muy bien! - gritó Val.

Pedri quería conseguir hacer dos vueltas, pero por más que lo intentaba solo conseguía dar una.

- ¿Pero qué coño pasa? ¿Que hago mal? - dijo desesperado.

Yo seguía grabando, esto no podía quedar en el olvido.

No llevábamos ni veinticuatro horas en Qatar, y ya teníamos mil anécdotas que contar.

- Estas haciendo mal el pie de apoyo - explico Val - tienes que apoyar el talón en el suelo justo cuando cojas impulso.

Pedri lo intentó algunas veces más y finalmente consiguió dar dos vueltas y media.

Los chicos empezaron a gritar eufóricos mientras cogían a Pedri y lo lanzaban por los aires.

Yo no podía dejar de reír, al igual que Val. Me levanté del sofá y me acerqué a ella.

- Lo haces increíble, es una pena que ya no puedas hacer ballet - le dije a la chica.

- Lo sé, siempre será un sueño frustrado - habló con la voz triste.

Le sonreí y pasé mi brazo izquierdo por su hombro, acercándola a mi.

Ella apoyó su cabeza en mi hombro y yo le di un beso en la cabeza.

Cada segundo que pasaba con ella sentía que estábamos más agusto y que poco a poco estábamos cogiendo confianza.

Los chicos dejaron a Pedri en el suelo, y empezaron a hablar mientras Balde nos miraba con una mirada pícara.

Yo negué con la cabeza mientras sonreía, y Val se rió nerviosa.

- Valeria, baila otra canción - suplicó Eric.

- Claro, sin problema - Val aceptó.

- Pero solo una más, que sino después le dolerá la rodilla - dije mientras me separaba de ella.

Nos volvimos a sentar donde estábamos antes mientras la chica buscaba alguna canción en el móvil.

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- Oye Val, ¿no crees que deberías aceptarme en insta? - pregunté - quiero decir, ahora que tenemos que ser amigos es raro que no nos sigamos.

Val y yo estábamos en la habitación preparándonos para dormir.

Estuvimos toda la tarde con los chicos jugando y hablando, estábamos muy cansados.

- Si, está bien - contestó Val - mañana te acepto.

Asentí y me tumbé en la cama boca arriba, al igual que Val.

- ¿Sabes que? - habló - creo que no es una idea tan mala el ser amigos.

No pude evitar sonreír.

- Te lo dije, solo me tenías que dar una oportunidad - dije.

- Si, tenías razón.

- ¿Valeria Rodríguez me acaba de dar la razón?

- Deja de ser tan tonto - reímos - siento ponerte las cosas difíciles al principio, me cuesta confiar, sobretodo en los hombres.

- Lo entiendo, no soy un chico fácil de llevar. Y puedes estar tranquila, en mi puedes confiar.

- Creo que me voy a olvidar del contrato y al final seremos amigos de verdad - sonrió.

- Estoy seguro de que será así.

Val se tapó hasta la cintura con las sábanas y suspiró.

- Buenas noches, Pablo.

- Buenas noches, Val.

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Holaa, he vueltooo. Después de una semana de vacaciones ¡¡aquí está un nuevo capítulo!! Espero que os guste.

No olvidéis comentar y votar, gracias por leer ❤️

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