Capítulo 3

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                                 Madisson

En cuanto abrí mi mochila mentí algunos de mis libros en mi casillero.

— Buenos días —escuché que me saludaban y me giré para verle la cara.

— Buenos días Bell —le saludé con una sonrisa.

— Estas muy guapa hoy —dijo devolviéndome el gesto.

— Vaya, gracias. ¿No te parece demasiado corta?—bromeé señalando la falda.

Enseguida negro con la cabeza — No me parece tan corta, en realidad preferiría que fuese mas cortas —comentó mientras miraba mis piernas.

— ¡Bell! —chasqueé los dedos frente a su cara.

— Ya me conoces, solo bromeo —rio.

— Precisamente porque te conozco se que no estás bromeando —rodé los ojos y me giré para seguir metiendo mis libros en mi taquilla.

— ¿Harás algo está tarde?

— Hasta el momento nada.

— ¿Te gustaría quedar?

— ¿Con los demás? —tome la mariposa que tenía en la mano y ate mi pelo con esta.

— No, solos tú y yo.

— Oh claro, podríamos ir a mi casa y ver algún documental del canal 7. He escuchado que son muy buenos.

¿Enserio crees que Bell desea ver documentales del canal 7 toda la tarde?

En realidad había pensando en otra cosa.

Aquí vamos.

— ¿En que?

— Una cita. Cena y un paseo. Algo normal ¿que te parece? —pregunto algo nervioso.

— ¿Una cita? —fruncí el ceño.

— Si, deseo hacerlo. ¿Sería raro? —supongo que mi silencio le dio una respuesta — De acuerdo, no lo llamemos cita, digámosle algo casual. Dos amigos que se quieren van a cenar y dar una vuelta, supongo que eso no tiene nada fuera de lo común.

— De acuerdo, me interesa saber cómo acabará esto.

— Yo igual —sonrió de lado — Bueno, luego hablamos para terminar de quedar.

— Vale —besó mi mejilla antes de irse a clase. Yo cerré mi taquilla e hice lo mismo.

Las tres primeras horas pasaron volando. A la hora de comer me dirigí al comedor del colegio. Tome una de las bandejas y me serví algo de comida, en realidad no era muy fanática de la comida del colegio, pero era mucho mejor que pasar hambre ya que había olvidado mi comida en casa.

Tome algo de ensalada de frutas con algo de yogurt y me dirigí a una mesa en espera de mis amigos. Abrí mi mochila y saque mi móvil para mirar las notificaciones de Instagram mientras tome el tenedor y pinche un trozo de manzana para llevármelo a la boca.

— ¡Mierda! —gruño alguien dejando con brusquedad su mochila sobre la mesa.

— Buenos días Alex —sonreí.

— ¡¿Que tiene de buenos?! —siguió gruñendo mientras se sentaba y abría su mochila.

— Oh ya —conteste — Veo que tienes que trabajo por hacer.

— Tengo que escribir cinco estupidas páginas sobre los derechos humanos y poderes del estado para filosofía —sacó su manzana y le dio un mordisco.

Enamorada de mi hermanastro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora