Capítulo 4

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Abrí el armario de mi habitación en busca de algo que ponerme para mi cita con Bell.

¿Pero que se pone uno para tener una cita con su mejor amigo?

Opte por ponerme un vestido negro con pequeñas flores rojas no tan corto, en los pies decidí ponerme unos botines negros que combinarán con el vestido.

Me deje el pelo suelto, cayendo por la espalda como una larga cascada castaña. Decidí ponerme solo rímel en los ojos, no era muy fan de maquillarme, y termine en cuanto puse pintalabios de un tono pastel.

La hora de mi móvil marcaba las siete y tres minutos. Aún me sobrara algo de tiempo hasta que Bell llegase a buscarme. Empecé a preparar mis cosas pero a la hora de abrir mi cajonera en donde solía guardar todos mis bolsos no encontré aquel que estaba buscando. Recorrí la habitación con la mirada pero ni rastro de el.

Baje a la sala y me encontré con Derek sentado frente al televisor viendo un programa de detectives.

— Derek, ¿de casualidad has visto mi bolso? —pregunte recorriendo la sala con la mirada.

— ¿Cual de todos? —dijo sin despegar su mirada del televisor.

— El que es negro liso.

— Quizás lo dejaste colgado en el perchero de la entrada.

— Ire a ver.

Fui a la entrada y miré en el perchero donde estaban colgados los abrigos. Efectivamente, mi bolso estaba colgado detrás de la cazadora negra de mi madre. Lo tome y volví a la sala con Derek.

— Tenias razón —dije sentándome en el sillón que había al lado suyo. — ¿Que estás viendo?

— Nada —negó con la cabeza — Creí que saldría algo inte... —se detuvo de golpe en cuanto giró la cabeza para verme.

— ¿Sucede algo?

— ¿Vas a ir vestida a tu cita así? —me miro arqueando una ceja.

— Pues si, ¿me veo mal? —mire mirando el vestido.

— No, mal no estás...

— ¿Entonces?

— Nada —sacudió la cabeza.

Nos pusimos a hablar de cosas triviales hasta que escuchamos el rugido de una moto. Me levante del sillón y me acerqué a una de las ventanas para ver que efectivamente, Bell estaba estacionado frente a nuestro garaje y venía hacia la puerta.

— ¿Como piensas ir en moto con vestido? —pregunto Derek detrás de mi haciendo que brincara del susto que me había dado.

— ¡Dios! Eres tan silencioso como un gato.

— ¿Como lo vas hacer?

— De la misma manera en que montó bici con vestido —dije caminando hacia la puerta con Derek detras siguiéndome.

— Las motos son peligrosas. ¿Lo sabes? —¿desde cuando le preocupa eso? Cierto, desde nunca.

— Igual lo son los coches siempre y cuando sepas conducirlos.

Llamaron al timbre de la puerta.

— Voy a abrir

Enamorada de mi hermanastro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora