Capítulo 28

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                                  Madisson

— Me ha contado una historia muy curiosa sobre que le dijiste que era un idiota y que conseguirías que cortásemos.

— Oh -dijo sin más. Me eché el cabello hacia atrás y me crucé de brazos.

Si no lo quisiese tanto lo mataría ahora mismo.

— Tengo curiosidad, ¿cómo ibas a hacer para que cortásemos? —abrí la puerta del copiloto y miré a
Derek— ¿No vas a entrar o qué?

— Sí, sí, claro —entró corriendo en el coche.

— Anda, respóndeme —me abroché el cinturón de seguridad.

— ¿El qué? —preguntó nervioso mientras encendía el motor.

— No te hagas el tonto, que no te voy a hacer nada. Y átate el cinturón.

— Que no me vas a hacer nada... —murmuró mientras se abrochaba el cinturón con una mano— Has hecho el gesto.

— ¿Qué gesto?

— Lo de echar el pelo hacia atrás y cruzarte de brazos. Lo haces siempre que vas a darme una bofetada.

— Tampoco exageres, ¿cuántas veces te he hecho el gesto?

— Dos veces, con el de hoy van tres. Y siempre que haces el gesto me pegas.

— Si hago el gesto es porque te lo has merecido, ¿te acuerdas de por qué te hice esos dos gestos?

— Me acuerdo del segundo.

— Ah, recuérdamelo, haber, ¿por qué fue?

— Mira, fue un accidente, ¿vale? No pretendía rayar la pantalla de tu móvil.

— ¿ Rayar? iSi al menos le hubieses hecho una mísera raja! ¡Destrozaste el cristal! ¿Cómo se te pudo ocurrir hacer skate mientras grababas con mi móvil?

— Quería sacar fotos.... —murmuró.

— ¡Pero por si acaso usaste mi móvil y no el tuyo! —me crucé de brazos y miré al frente.

Nos quedamos en silencio durante un par de minutos hasta que Derek rompió el silencio.

— Bueno, ¿vas a pegarme o no? La incertidumbre me está matando.

— Uno, no te pegaría mientras conduces, y dos, no te voy a pegar.

— ¿Por qué? —frunció el ceño.

— Porque te quiero.

— Creía que antes de empezar a salir también me querias.

— Sí, pero no te amaba.

Seguía mirando hacia el frente pero pude notar que estaba sonriendo. De pronto se inclinó hacia mí y me dio un beso en la mejilla.

— ¡Hey! iMira al frente! —le dije riendo— Como tengamos un accidente te ganarás algo más que una bofetada —volvió a besarme la mejilla— iDerek!

— Vale, vale —rió— Por cierto, no tienes que preocuparte más por Rachel, ya la he dejado.

— ¿Se lo ha tomado muy mal?

— Bastante, pero lo importante es que ya no estamos juntos, y tu ya no estás con Bell.. ¿verdad?

— No, no lo estamos. Y por cierto, tengo que comentarte algo... —me mordí el labio— Puede que sin querer le haya contado a Bell que estamos juntos.

Enamorada de mi hermanastro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora