Enamorada de mi hermanastro ©

Capítulo 16

                                  Madisson

Morena, alta, con escote pronunciado y una minúscula minifalda vaquera. Y como toque final, una estúpida sonrisa en la cara. ¿Quién era esa idiota que estaba hablando con Derek?

En cuanto Derek me vió, le susurró algo al oído a la morena y le besó la mejilla. Después ella se marchó y yo me acerqué a él.

— Hola —me saludó con una enorme sonrisa mientras me abría la puerta del coche.

— Hola —le dije secamente entrando y cerrando la puerta una vez me hube sentado.

— ¿Te pasa algo? —preguntó cuando se sentó en el asiento del piloto.

—Nada —negué con la cabeza— ¿Quién era esa? —me até el cinturón de seguridad.

— Se llama Rachell, está en mi clase de química —dijo arrancándo el motor.

¿Química? Sí, es lógico, no me extraña que le interese saber el compuesto químico de las porquerías que se pone en el pelo y en la cara.

Parecía una maldita Barbie de tamaño humano pero con el pelo moreno y los ojos café.

— ¿Qué estaban haciendo? —crucé mis brazos sobre mi pecho.

— Hablar, ¿no lo has visto? —sonrió de lado.

— Jajaja —reí irónicamente— Que divertido... —rodé los ojos— ¿Te gusta?

— ¿Quién? ¿Rachell?

— No, el Papa Francisco si te parece. Claro que hablo de Rachell. Es muy guapa.

— Sí que lo es —dijo y bufé mirando hacia la ventana— ¿Qué pasa? Cualquiera diría que estás celosa.

— ¿Celosa yo? ¿Por qué iba a estar celosa? Tu y yo solo hermanastros —me aparté el pelo de la frente de un manotazo.

— Sí, pero solo porque tú lo quieres —lo miré con el ceño fruncido— ¿Qué? Es la verdad, eres tú la que no quiere estar conmigo.

— Derek deja ese tema.

— Está bien...

No volvimos a hablar hasta que llegamos  a casa. Abrió la puerta de la entrada y me soltó:

— Rachell me ha pedido que quedemos mañana por la tarde.

— Ah, ¿y qué le has dicho? —pregunte sintiendo una rabia, que aunque quisiera, no podía evitar sentir.

— Le he dicho que sí, te parece bien, ¿verdad?

— Sí, claro, puedes salir con Rachell —entré y me dirigí a las escaleras— Aunque parezca una furcia —farfulle para mí.