Perfectos desconocidos

30.

Es ella.

La mujer de quien jamás ocupé en preocuparme, porque sabía que estaba lejos. Apartada de cualquier posibilidad de volver a tener a Austin.

Quien creí que jamás volvería, porque así lo había dado a entender Austin.

Pero ahora, está aquí. Y surge una nueva preocupación, una terrible. Especialmente porque recuerdo las palabras que alguna vez dijo Josie, palabras que me dijo cuando creí que Austin sólo me había estando utilizando para intentar reparar su corazón roto y olvidarla de una vez por todas:

—Es un desgraciado. Nunca lo esperé de él. Parece que todo este tiempo ha estado usándote. Lo he averiguado, en Brooks's. El nuevo cliente para el que trabajo, estuvo hablando con otro lord, y he escuchado lo que han dicho de Austin. Parece que tenía una amante, incluso la llevaba al mismo lugar donde te llevaba a ti. Lo compró para estar con ella. Y parece que sólo está intentando olvidarla.

Sólo está intentando olvidarla.

Las palabras me golpean con fuerza, arrebatándome la respiración.

No tengo ni la menor idea de porqué ella haya vuelto. Pero, si algo es seguro, es que lo que sea que hubo entre ellos dos, aún sigue con vida.

Aún existe. Es como una flama que jamás desapareció, que sólo redujo de intensidad, y ahora que se han encontrado de nuevo, ha regresado a su tamaño original.

Está claro por la manera en que ambos se miran.

Inevitablemente, comienzan las suposiciones. Mi mente se dispara con cientos de pensamientos. Todos aterrizan en la misma idea:

En todo este tiempo, él sólo ha estado intentando olvidarla. Ha hecho de todo para sacársela de la mente, arrancársela del corazón. Incluso casarse conmigo.

El sólo pensarlo provoca que se me llenen los ojos de lágrimas. Es lo que más duele, lo que me atraviesa como una puñalada; pensar que él aceptó amarme sólo para olvidarse de ella. Para tratar de sustuirla de alguna manera.

Es lo que soy para él. Un reemplazo para poder olvidarla.

Lucho por guardar la compostura y desviar la mirada muy a pesar de que de reojo puedo ver que ellos siguen mirándose.

De manera queda, le suelto la mano a Austin. Pero noto que él vuelve a tomármela.

Trago, buscando deshacer el nudo en mi garganta.

Y cuando por fin salimos, no trato de evitarlo más y rompo la unión de nuestras manos. Aprieto el paso, buscando poder alejarme.

Porque me siento tan dolida y traicionada... muy parecido a si fuera una infidelidad. Y es que, puede que sea una realidad no muy lejana; que él termine engañándome con su amor del pasado.

—Brie...

No consigo decir nada por el nudo que me obstruye la garganta. Me niego a voltear, pero él me sujeta del brazo para impedirme avanzar más, y se para enfrente de mí.

Puedo verlo en su cara. La confusión y el aturdimiento.

La colisión de su presente y su pasado. Todo de manera tan inesperada.

—Es ella, ¿no? —me atrevo a preguntar, me falla la voz al final.

Por más que trato de controlarme, me pongo tan mal que temo echarme a llorar en cualquier momento.

Me sostiene la mirada, pero no dice nada.

Parece tan contrariado por todo esto. Tan confundido...

También parece tentarlo la idea de negarlo. Pero finalmente decide soltar la verdad: