Allianser

20. Cicatriz

Buenas tardes mis amores.

Como hoy es el día nacional de Noruega, quise adelantarles el capitulo de esta semana!!!✨🥳🇳🇴🥳✨ aviso de una vez que no será lindo, pero algo es algo ejejje

Así que disfruten y nos leemos al final

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El viaje fue más duro de lo que se había imaginado, a lo mejor era porque su cuerpo ya no soportaba tanto, aunque no lo habían drenado en mucho tiempo, se sentía cansado y sin fuerzas, volviendo a ese oscuro rincón de soledad y depresión del que tanto le había costado salir.

Esa noche en especial se sentía mal, no solo porque Canadá lo penetraba sin piedad contra la pared, de aquel viejo motel de carretera donde se habían detenido a descansar. Sino porque tenía un mal presentimiento, a pesar de estar en verano los días eran grises en las tierras canadienses, mientras pesadas nubes adornaban el cielo, se supone que mañana terminaban ese horrible viaje, pero, aunque eso debería tranquilizarlo, solo lo ponía más nervioso, no sabía que le deparaba el futuro y eso era lo más aterrador.

-Mírame a los ojos Colombia- Gruño enojado el pelirrojo, mientras lo agarraba fuerte de las mejillas para besarlo.

Era un beso asqueroso, Colombia solo podía seguirlo a la fuerza o terminaría con otro golpe en el rostro, mientras los movimientos de Canadá cada vez eran más fuertes, su espalda chocaba contra la pared mientras el miembro ajeno atacaba su interior, los fluidos escurrían por sus muslos, mientras Canadá disfrutaba de gemir en su oído, diciendo palabras obscenas y recordándole lo poco que le importaba a la gente.

Lamentablemente su cuerpo reaccionaba a dichos movimientos, el rubio no era de piedra y aunque lo odiara y se mordiera la lengua, la estimulación directa a su próstata, solo consiguió que se corriera abundante entre los cuerpos, mientras el norteamericano hacia lo mismo en su interior. Con un brusco movimiento Canadá lo dejo apoyado en la pared, riendo cuando las piernas del cafetero no lo sostuvieron, Colombia quedo sentado en el piso, como una vieja muñeca, mientras trataba de controlar su agitada respiración.

-Báñate y duerme, saldremos a primera hora de la mañana- Ordeno el país, mientras le lanzaba una toalla- Iré a ver a Francia.

Una vez solo, Colombia solo pudo suspirar, odiaba sentirse tan mal, pero no podía hacer nada, por ahora su vida les pertenecía a esos idiotas y debía obedecer. Con algo de esfuerzo camino hasta la vieja ducha, dejando que el agua se llevara sus pensamientos y las sustancias que manchaban su cuerpo.

-Al menos dejo ropa decente- Dijo Colombia mientras terminaba de secarse el cabello, Canadá le había dejado un nuevo cambio de ropa, por lo que se dispuso a cambiarse para poder dormir.

En silencio, observó el reflejo que el espejo de la habitación le devolvía. Su piel canela ahora estaba opaca, siendo adornada por miles de marcas de dientes y golpes. Sus dedos tocaron cada marca con tristeza, le tomaría algo de tiempo borrar aquellas cicatrices, si es que alguna vez salía de allí. Siguiendo con aquella tortura auto impuesta, el cafetero peino su cabello, sintiendo como sus ojos se empañaban.

Francia había hecho un buen trabajo arreglando lo que Canadá destruyo, pero lo que antes le llegaba hasta la cadera, ahora apenas y le llegaba a los hombros, su cabello estaba algo seco y era triste ver que todo se había perdido. No es que fuera en extremo vanidoso, y sin su melena de oro no se sintiera hermoso, era que su cabello tenía memorias. Era una tarde con sus hermanas, el recuerdo de su promesa, la motivación para salir adelante, era su madre peinándolo cuando era niño y era Noruega.

Si, también tenía recuerdos del vikingo, eran los dedos de Noruega masajeando su cuero cabelludo mientras se bañaban, era estar acostados y sentir como acariciaba su cabeza o las tardes de trabajo cuando con cariño le acomodaba los mechones traviesos detrás de la oreja, antes de depositar un suave beso en su mejilla. Eran miles de recuerdos y momentos que deseaba olvidar.