Allianser

19.Huellas

Buenas tardes mis amores 

¿Cómo están?  ejej Este capi es algo corto pero interesante, así que espero lo disfruten mucho✨😗✨No me hago cargo de posibles depresiones o ansiedades 

A leer!!

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Ese día había mucho movimiento, Colombia aún no había abierto los ojos, pero sabía que todos en esa vieja mansión estaban trabajando, los pasos de los sirvientes se oían como bombas en el techo, incrementando su dolor de cabeza.

Como pudo el rubio se dio una improvisada ducha tratando de calmar el dolor, Francia había convencido a los otros dos que adaptaran mejor su habitación, así que ahora contaba con un baño con puerta y una pequeña regadera donde salía agua caliente.

Fue difícil, no iba a mentir, su cuerpo pesaba y su estómago rugía de hambre, algo le decía a Colombia que, de no recibir alimento decente en las próximas horas, su estómago se comería así mismo, si es que las náuseas no lo invadían como habían hecho las últimas semanas.

Cuando estuvo listo, Colombia se volvió a recostar en la cama, tratando de descansar otro poco, pero la puerta de seguridad fue abierta en un segundo, Canadá había llegado, no solo con el desayuno, sino con un cambio de ropa y unos tenis.

-Come.

Ordenó el pelirrojo y aunque odiaba recibir cosas de él, Colombia comió en silencio, sin mirarlo, había aprendido que lo que más molestaba a sus captores era el silencio, y aunque antes disfrutaban de torturarlo hasta hacerlo gritar, ahora no lo hacían, desde hace dos semanas aproximadamente estaban demasiado tranquilos, cosa que lo ponía nervioso, esa era la típica calma antes de una tormenta.

-Cuando termines, lávate los dientes y ponte esto- Volvió a ordenar Canadá, como repuesta el cafetero levanto su pulgar, concentrándose en el delicioso te de anís que Francia había preparado.

Aunque hubiera preferido cambiarse en el baño, el canadiense no lo dejo, por lo que, ante su atenta mirada, Colombia cambio su pijama por un pantalón deportivo y un delicado suéter, según sus cálculos, debían estar a inicios del verano, por lo que agradecía la tela de algodón. Una vez listo, el pelirrojo esposo sus muñecas y le puso encima una gorra y unas gafas para seguidamente salir de aquella habitación.

Asombrado, Colombia pensó que era su oportunidad para escapar, pero su captor sabía lo tentador que era la luz del sol, por lo que apenas traspasaron la puerta de seguridad, otros dos hombres enmascarados rodearon a Colombia, apuntándolo con sus armas al igual que lo había hecho el país de la miel

- ¿A dónde vamos? -Pregunto mientras Canadá lo arrastraba por los elegantes pasillos, afuera el sol de la mañana iluminaba los jardines de la propiedad, debían ser las siete de la mañana como mucho.

-Hasta que por fin hablas- Contestó el canadiense- Pensé que los ratones te habían comido la lengua.

-Solo responde maldita sea.

-Te vez tan lindo cuando te enojas Coco- Canadá dijo maldadoso, obligando al rubio a que lo besara, ganándose una fuerte mordía en el labio inferior- No te pongas agresivo amor o yo también lo hare.

Amenazo y sin importarle las ordenes de su padre, le dio un duro golpe en el rostro a Colombia, haciendo que su mejilla se hinchara y un horrible tono violeta se adueñara de su pómulo. Aquel golpe se llevó gran parte de las energías que el desayuno le había dado, por lo que el último tramo de escaleras lo recorrió en los brazos de Canadá.