28. Como espuma del mar

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💕Holi 💕 

¿Cómo están? jejejje listos para esto?

Debo decir que es un capitulo hermoso jeeje asi que alisten pañuelos y los diabéticos cuidado con el azúcar 

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El tiempo es algo curioso, a veces sientes que han pasado años, cuando realmente solo son cuatro, o nueve meses, se sienten como nueve días. El tiempo era polvo de estrellas, escurridizo, pero tan valioso, que nadie dudaba de él, solo lo disfrutan, tratando de no perderse en sus corrientes.

Para Colombia, el tiempo había pasado demasiado rápido desde la boda, antes de darse cuenta, los primeros síntomas del embarazo habían llegado. Vomito, mareos y antojos, todo empezó antes de que pudieran procesarlo, pero no por eso fue menos especial.

Su vida había cambiado tanto, que la sombra de dolor y tristeza que alguna vez los separo se había ido por completo, disfrutando de esa nueva etapa como debían, con amor, apoyo y una gran familia. Colombia agradecía los consejos de sus cuñados, los cuidados de OMS y las visitas regulares de España para consentirlo como solo un padre sabe hacer, sin olvidar pasar tiempo con su princesita y sus mejores amigos, que alegraban sus tardes entre bromas y juegos.

Todos estaban pendientes de él, incluso Hati había vuelto, siendo junto a Sköll y Tyr, sus valientes y leales guardianes, al igual que con los bebés. Si esa era otra sorpresa, en esos meses Colombia había descubierto que Ucrania tenía razón y al final iba a tener gemelos, cosa que lo preocupo de sobre manera al enterarse, pero que con el paso de los meses Noruega y él habían aceptado con amor.

Habían sido meses maravillosos y ahora que estaba tan cerca de dar a luz, podía observar con anhelo el mar a la distancia, sintiendo la briza fresca con olor a sal jugar con su cabello, agradeciendo todo lo vivido. Para el último trimestre de embarazo, habían aprovechado la temporada de verano para vivir en una hermosa casa junto al mar en Nueva Cartagena, dicha casa había sido un regalo del municipio, por lo que quedaba algo retirada de la ciudad, en un conjunto residencial donde tenían algo de bosque tropical y playa privada, siendo un paraíso donde Colombia junto a su esposo podían disfrutar de su amor y su familia, pues los nórdicos eran inseparables y se habían ido a vivir con ellos el último mes.

En general, ese tiempo había sido un adorable caos y él lo disfrutaba al máximo, mientras acariciaba su barriga con emoción, podía sentir a los gemelos nadando en su interior, tan llenos de vida y amor como el rubio se sentía.

- ¿Estas bien? -Pero unos fuertes brazos lo sacaron de su ensoñación, esos brazos que reconocería hasta con los ojos vendados, junto a su característico aroma a sándalo y madera, combinado ahora con agua de mar.

-El mar esta picado- Comento Colombia, entrelazando las manos con las del vikingo, el cual no perdió el tiempo y las acomodo con cuidado en su bella barriguita- Estamos en Luna Creciente, no debería estar así.

Colombia dijo con razón, a pesar del oscuro manto nocturno, la poca luz de la luna iluminaba las fuertes olas que chocaban contra la arena, el mar rugía a lo lejos, estremeciendo el corazón del rubio.

-Debe ser el viento- Noruega dijo tranquilo, mientras apoyaba su barbilla en el hombro contrario, admirando la belleza de su pareja.

Esos meses junto al mar los habían cambiado a ambos, Noruega por fin tenía más atributos de su pareja y este a su vez había cambiado, no solo físicamente (como su largo cabello que hace poco había cortado hasta la cadera para que fuera más fácil de manejar) sino por dentro, Colombia estaba verdaderamente en paz, lleno de amor y feliz, tan feliz que ahora sus ojos eran una hermosa combinación de verde esmeralda y dorado, un color hipnotizante, que tenía al pobre Noruega a sus pies.

AllianserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora