10. Invierno

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Bueno días Estrellitas!!

Gracias a Madu y a mi poca fuerza de voluntad, HOY TENEMOS NUEVO CAPITULO😂😂😂

Espero lo disfruten mucho!!

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Por primera vez en muchos años, Colombia no vio el frio como algo malo, diciembre empezaba con sus venticas y suaves días de nieve, siendo una época agradable para estar en lugares cerrados compartiendo con amigos y familia.

Gracias a su arduo trabajo, ONU había dejado que más personas cercanas a la pareja, los visitaran (antes solo podían ver a los hermanos de Noruega y su padre). Así que, por primera vez en muchos meses, Colombia pudo ver a su hija Panamá, la joven de piel dorada y cabello color avellana como el de USA, había ido de paseo a las tierras nórdicas, quedándose una semana, en la cual el cafetero parecía un bello sol de verano, por lo mucho que sonreía y paseaba con la menor (que no era tan menor, pero bueno)

Fue una semana maravillosa, Noruega había dejado libre su agenda para conocer a la panameña, quien al principio no lo toleraba, pero poco a poco se fueron volviendo amigos, compartiendo con los latinos agradables paseos y tardes tomando café. Al final la menor tuvo que volver a su país, donde su pareja Guatemala la esperaba. Fue triste tener que despedirse, pero Colombia atesoraba esos momentos con el corazón.

Los días después de aquella visita fueron algo tristes, pero ahora Colombia tenía dos amigos lobunos que solían aparecer para jugar, el problema era lo revoltosos que eran, terminando el castillo lleno de lodo y metiendo en problemas a los países que terminaban siendo regañados por Olga e Ingrid.

Las visitas de los lobos fueron restringidas, lamentablemente, solo pudiendo jugar con los guardianes ciertos días de la semana y por pocas horas pues Colombia notaba el desgaste de energía que era tenerlos mucho tiempo en el plano terrenal.

Cada vez era más claro para Noruega que Colombia necesitaba compañía, alguien que estuviera con él y le diera el calor que el vikingo no podía darle en las tardes por su trabajo u otros compromisos.

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Esa tarde, Colombia caminaba tranquilo por las calles de la capital, las nevadas habían empezado y todo estaba cubierto por la bella e inmaculada nieve, mientras los transeúntes caminaban de aquí para allá, concentrados en sus propios asuntos.

Con las manos congeladas, llego a su destino, Noruega lo había citado en su oficina porque necesitaba darle algo con urgencia y como ese día había ido al jardín botánico para dar una charla sobre el ecosistema de su territorio, Colombia aprovecho para visitar el lugar de trabajo de su "esposo"

Aunque había visto el edifico por fuera, el rubio jamás había entrado por completo, sorprendiéndose al ver el enorme árbol de navidad que había en el lobby. Despacio se acercó a la recepción, dispuesto a preguntar por la oficina de Noruega, aunque le molestara admitirlo, jamás se había preguntado en donde trabajaba el vikingo.

-Buenas tardes- Dijo amable, esperando que el joven de unos treinta años que atendía el lugar dejara de ver su celular y de arreglarse las uñas, y le pusiera atención.

-No estamos contratando- Fue lo único que dijo el joven, sin siquiera mirarlo.

-No vengo por trabajo- Colombia trato de decir, odiaba cuando la gente era tan repelente y grosera, pero tampoco iba a hacer un escándalo- Necesito preguntar algo.

-Para preguntas, diríjase a la ventanilla de la izquierda y tome un numero- Contesto el joven- Aunque a esta hora ya no hay servicio.

-Mira, solo necesito saber dónde está la oficina de...de mi esposo, por favor- Dijo algo apenado, esperando que el chico dejara holgazanear y pintarse las uñas con ese horrible naranja neón, que obviamente no el combinaba.

AllianserDonde viven las historias. Descúbrelo ahora