Un año atrás.
De pie junto al puente, el hombre observaba a la joven que se acercaba. El mundo se detuvo al ver sus ojos, grandes y verdes, y su pelo rubio, peinado formando elegantes coletas de ondas.
Al principio no lo reconoció. Era tan hermosa que cortaba el aliento con sus movimientos gráciles y seguros. Y algo en su rostro le recordó a la niña de la que se había enamorado años atrás. La vida los había llevado por caminos distintos y él siempre había llorado la distancia de su ángel, su musa, su amada Candy. Sin ella, su vida había sido solitaria e insustancial.
«Y ahora aparece mi bendición».
Mientras ella seguía acercándose, con la mirada fija, el hombre inclinó la cabeza en un saludo caballeroso. No tenía ninguna esperanza de que ella se lo devolviera. Era perfecta e inalcanzable, un ángel de ojos verdes, vestida de un abrigo rojo resplandeciente, mientras que él era un hombre mayor, hastiado del mundo, que no le llegaba a la suela del zapato.
Cuando ya lo había reconocido, los ojos del hombre se clavaron en una de sus delicadas zapatillas, una zapatilla que vacilaba justo delante de él. El corazón se le desbocó mientras aguardaba, sin resuello. La voz que le habló, suave y educada, dispersó sus dudas. Era ella.
Levantó la cabeza y la miró asombrado. Llevaba dos años esperando ese momento, soñando con ese encuentro, pero nunca se imaginó que se produciría de un modo tan fortuito. Y menos aún que ella lo saludara con tanta dulzura.
Desconcertado, le devolvió el abrazo y se permitió el lujo de levantarla en brazos, girando y dedicarle una sonrisa, una sonrisa que su musa le devolvió multiplicada por diez. Sintió henchírsele el corazón, mientras su amor por ella crecía y ardía como una hoguera en su pecho.
Desgraciadamente, la breve conversación llegó a su fin cuando ella anunció que tenía que irse por medicinas. El hombre se inclinó para despedirse, pero en seguida se incorporó para contemplarla mientras se alejaba. La gran alegría que había sentido al reencontrarse con ella se vio empañada por la tristeza de no saber si volvería a verla lo más pronto...
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Bert
FanfictionEl accidente del tren en Italia tuvo su consecuencia... Y ahora está con Candy. Sin amnesia.