-¿Qué haces aquí?-Montar guardia- dijo con desinterés, -¿Si sabes que debes comunicar a un superior sobre estos asuntos?
-No tengo.- la maldita ama dejar claro que está al mando y aquello no lo soporto. -¿Cómo es eso de que ere...
-No hablaré de eso aquí- dijo severa, -Si tu madre no lo mencionó no tengo porqué hacerlo yo.- dijo tajante, -Y como harás tu la guardia, yo iré a dormir.
Se movió bajo los escombros para alejarse pero apenas noté movimientos entre los árboles tomé su pierna para detenerla, acabé posando mi mano sobre su boca para callarla e hice un gesto con la cabeza para señalarle.
Eran 3, caminaban en silencio, iban armados y con radios. No parecían interesados en la casa llena de escombros y destruida pero aún así enfocaron sus linternas hacia nosotros.
Cuando se alejaron logré suspirar al fin. -Puedes quitarte de encima- trató de empujarme pero con eso no hizo más que rosar ambos cuerpos.
Estaba parcialmente sobre ella y aquello no ayudó. Nos miramos a los ojos por lo que parecieron minutos enteros antes de que se alejara por completo y se adentrara al escondite en silencio.
Suspiré con cansancio, esto era demasiado complicado como para joderlo más si me acuesto con ella.
...
La mañana había llegado y con ella un nuevo recorrido, habíamos comenzado el trayecto juntos pero hace media hora dividimos los caminos luego de estas indicarnos donde ir.
Mentiría si dijera que no me preocupa aquello. -Kim- llamé, habíamos parado a tomar agua y orientarnos, se suponía que estábamos a unas horas de camino. -¿De qué exactamente trata el trabajo que vinieron a hacer aquí? Ellas- especifiqué
-Toma de información- dijo sin más para entonces comenzar a caminar siguiendo a su hermano.
Cuando llegamos al lugar nos dividimos mientras el Kim mayor se encontraba a lo lejos cuidando de no ser vistos y si así era pondría una bala en sus frentes. Logramos salir mientras saltaba la alarma pero con los rehenes asegurados.
Tomamos uno de los vehículos y luego de recoger cual estaba en la cima nos alejamos de la base con prisas.
Acabamos dejando el vehículo a unas dos horas y comenzamos un trayecto a pie que nos llevaría a nuestro contacto para salir del país.
Lo malo es que no teníamos alimentos o medicinas que sirvieran a los heridos, ni tiempo para descansar. Tampoco para bajar la guardia.
-¿En que tanto tienes la cabeza? Llevas todo el día siguiendo mis ordenes sin protestar- Jeon se había acercado con su arma mientras veíamos a los rehenes caminar.
Hice un leve movimiento con la cabeza indicándole una negación -Solo quiero regresar lo antes posible.- aquello fue suficiente para que dejara el tema de lado.
...
Resulta que el tema del rescate acabó con nosotros en la casa de defensa. Acabamos organizando todo para darle acogida al grupo de personas luego de que se recuperaran. Y entre eso pasaron más de 10 días desde que regresamos.
No había llamado a casa o a Yoori por seguridad, pues mientras salíamos en barco fuimos atacados y creemos que al menos nuestras identidades fueron descubiertas, aún no estamos seguros.
De todos modos debíamos volver a casa.
-Jeon, la maternidad te sienta- me burlé cuando la vi dirigirse a su esposo con una mirada fiera, había venido por él. -Debiste dejarlo y quedarte conmigo. No te haría pasar por tanto.
-Tu también te vas a cada rato Min- dijo con burla, estos últimos años nos hemos mantenido en contacto y creado una agradable amistad. Su esposo fingía molestia.
-Pero no te dejaría embarazada cada que regreso- me burlé y su vista fiera volvió a él.
-No vas a tocarme- dijo y seguí mi camino avisándoles que iría a Busan dentro de un mes.
Por alguna razón quería llegar rápido a casa a pesar de que llegaría de noche y no iría al pelotón hasta el día siguiente. Y agradecí el hecho de que mi vuelo no tuvo retrasos.
Apenas pisé los territorios cercanos decidí tomar un taxi, Yoori salía bastante tarde como para conducir más de una hora de ida y vuelta. Tampoco le aviaría, es capaz de hacerme preguntas sobre el viaje hasta morir.
Descansaría y a la mañana siguiente iría con ella. Las luces de su piso estaban encendidas cuando el taxi me dejó en el lugar. Aún así caminé en silencio hasta el mío. -¿Que haces mocoso?- tenía un alambre en las manos y con eso trataba de forzar mi cerradura.
-Mau, deja eso, te dije que ahí vive un ogro.- giré mi rostro lo suficiente como para verla, llevaba unos pantalones jeans y camiseta, su cabello suelto y rostro lavado. Había regresado, estaba bien.
-Quiero ver el ogro mamá
-Ese de ahí- me señaló y en lugar de ofenderme sonreí, mejor que me tenga miedo el mocoso. -Vamos con la tía- dicho aquello el chillido de mi hermana se hizo presente a la vez que tuve que dejar caer lo que llevaba por esta lanzarse a mis brazos de un salto.
-Oppa- chilló
-Ahh, que no me llames así
-Vamos a cenar- tiró de mí y lanzó todo lo te me quedaba en los hombros al suelo -Déjalo ahí, más tarde lo tomas.
Su arrastre fue fuerte y las seguí hasta el piso de mi hermana, escuchaba las voces de Park y la pelirosa en el lugar, estos ponían la mesa.
-Oh, llegó el otro Min- mi ceño se frunció cuando Park señaló al pequeño, bufé con incomodidad mientras tomaba asiento.
Tenían mucho que explicarme ella y mamá.
Tomé un poco de pasta de mi plato mientras los demás tomaban asiento, -Deja de saltar, le hará daño al bebé- y si, escupí la comida.
El rostro de mi hermana se convirtió en una sonrisa forzada por el comentario de su pareja -¡Sorpresa!
.
ESTÁS LEYENDO
¿El Jefe?
FanfictionÉl acostumbra a no obedecer, problemas de autoridad le llaman. Él entiende que no nació para seguir órdenes, no cuando quien las da no se arriesga. Ella será su karma. Sexto libro de la Saga Militar Primer Libro: Por Favor (Oneshot) Segundo Libro: D...