Capítulo 8

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-No pareces feliz, creí que querías un sobrino.- sacudí mi cabeza en negativa, tampoco es que el mocoso llorón sea mío.

-Me alegra, me alegra.- solo me tomaron por sorpresa -Hay que resolver lo de tu licencia, no tardaste nada aquí- la extrañaría. -¿Qué?- la perra se reía, mierda que no soporto esa mujer.

-Trabajé hasta el último minuto de mi embarazo y ...

-Y por eso salió así, un mocoso malcriado y maleducado.

-Supongo que por la misma razón también tu.- mi respuesta iba a ser inmediata, pero mi teléfono se hizo escuchar por el salón del departamento, me alejé de a quien ahora enfrentaba para responder.

-Jeon, ¿no puedes vivir sin mi?

-Chistoso estás últimamente. Llamo para que no vayas a tu pelotón mañana. No se como aún pero saben cuales son nuestros cargos, también donde desempeñamos. De todos nosotros. Hicimos un cambio de pelotón pero para los miembros que dejamos atrás se nos dio de baja.

-Lee Fary- dije su nombre avisando que esta también había ido, supongo que de ella también se sabe.

-Me parece que Kim Taehyung ya le debe estar avisando. Ambos irán al pelotón dé Daegu.

-Jeon, tiene tres putos miembros ese pelotón.

-Pues ahora tiene 5- lo escuché reír -Ha crecido mucho en el último año y tu y Lee serán buenos jefes.

-Ella sería sobre mí- me quejé pero no es su culpa que ella tenga un rango mayor. -Necesito que sean 7 miembros. Traslada también a Park y a mi hermana. Ella está embarazada y no voy a dejarla sola. Menos aquí.

-Oh, una mujer entrenada en tiro y su pareja también militar corre peligro si no es el mismísimo Min Yoongi quién la cuida- su palabrería sarcástica se hizo escuchar.

-Jeon

-Ya está- dijo entre risas -También sabía lo del embarazo. Seguro seré el padrino.

-¿Porqué serías tu el padrino? Para eso estoy yo.

-¡Ya eres el tío!.- bufé

-Oye, cambia al mocoso de Lee también.

-Según los expedientes Lee no tiene hijos.- mi vista fue con la de ella se encontraba de igual manera pegada al teléfono al otro extremo del pasillo.

-Te llamo al rato para coordinar lo del traslado.- cerré la llamada luego de decir aquello y caminé con paso firme hasta la parte del pasillo donde conversaba. -Cierra la llamada- demandé -¿Quién es la madre del mocoso?- lo pensé mejor, era ella. Era igual a ella. Pero ¿porqué no... -¿De quien lo escondes?

-No tengo porqué mencionar nada sobre...

-Tienes, ¿sabes porqué? Porque según los documentos es Min, un Min, mi hijo. Así que me dirás de quien lo escondes y porqué.

-No te diré nada- ambos nos enfrascamos en una guerra de miradas hasta que mi teléfono vivió a escucharse.

-¡¿Qué?!

-¿Cómo es eso que tienes un hijo allá contigo? ¿Tienes hijos?

-Al parecer tengo un hijo pero la perra de su madre no me había dicho. Luego se murió.- me había llenado de rabia y el tenerla en frente mirándome con aires de superioridad no hizo más que aumentar mi enojo. -No, viviré en el pelotón y el se quedará con mis padres, después de todo están a apenas unos minutos.- respondí a Jeon tras el teléfono pues este me preguntaba si quería que buscara una casa para mi y el mocoso.

Cerré la llamada y caminé hasta el interior del piso de mi hermana. -Hey- la hice mirarme, -Mañana nos iremos a Daegu

-¿Le pasó algo a nuestros padres?- negué

-Nos trasladaron.

-Lo trasladaron a él pero no sabe ir a un lugar sin arrastrarte a ti- la castaña había regresado y escupido su veneno, yo por mi parte decidí ignorarla.

-Preparen las cosas, les avisaremos al llegar. No quiero que nos espere frente al pelotón con una pancarta. Voy a dormir.- caminé hasta la castaña -Voy a descubrir lo que sea que haces, dalo por hecho.

Salí del departamento y cuando estuve en mi piso noté mis cosas aún en el suelo, luego de tomarlas y al fin darme un baño el sueño no llegó.

Estaba tenso y molesto. Se supone que este era el pelotón que había deseado para mí desde el momento en que inicié en la milicia y apenas había tardado un par de meses en el.

Un golpeteo incesante se escuchó hasta hacerme ir en busca del sonido, parecía algo golpear la madera, no fuerte pero si persistente.

-Háblale al organizador, no vas a dejar a mi hijo con tu mamá- esta parecía hablar por teléfono cuando me notó acercarme con mi arma, creía que era una ladrón. Guardó su teléfono.

-No lo haré, lo escondes. Con lo loca que eres pudiste robarte al niño.

-¡No me lo robé maldito imbecil! Es mío

-Lo escondes aún así. Dime de quién.

-No te diré una mierda.

-Le cambiaste el apellido y...- la miré a los ojos -Es de su padre ¿no?- guardó silencio -¿Qué pasa? ¿Después de abriste de piernas para el norte te arrepientes?- su puño vino contra mi cara y luego su pie y acabamos ambos sobre el suelo en una extraña llave tratando de dominar al otro. -¡¿Quién mierda eres?!

-¡No te importa maldito controlador de mierda! No tienes que saberlo todo.

-De hecho si tengo.- ambos rostros estaban tan cerca que el aliento de ambos se mezclaba y aquello me hizo odiarla aún más.

Mi cuerpo no podía reaccionar como lo hace, no con ella. Me zafé de su agarre y caminé hasta mi puerta en silencio tratando así de alejar el deseo de comerle la boca sobre el frío suelo para hacerla callar.





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¿El Jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora