Capítulo 31

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Ajeno a lo que le hice creer entre mis bromas aquello que me dijo me dejó un mal sabor de boca. Es decir, su pareja y padre de su hijo la había hecho pasar por tanto por una obsesión.

La miraba dormir, tan frágil y pacífica. Se muestra dura pero aquello es solo una cara que muestra a los demás. Ella no es así.

Salí de la cama, necesitaba buscar algo de información sobre él, no le preguntaría su nombre porque ella tiene buen instinto, sabría si planeo algo, pero dijo algo. Algo que me hará encontrarlo.

Hijos del Secretario de Estado de Corea del Norte

Teclee en la computadora dejando que apenas la luz de la pantalla tome partido de la oscura sala de mis padres, la casa estaba en silencio y oscura al igual que todo el vecindario.

Y su nombre apareció Ok Taec-yeon

Decía que se destacaba en lucha cuerpo a cuerpo, armas y aviación. Mostraba una foto suya incluso.

No parecía ser tan mierda como era, así que entendí el porque ella confió en el

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No parecía ser tan mierda como era, así que entendí el porque ella confió en el. De pronto sentí ganas de matarlo con mis propias manos al ver sus marcas y recordar lo que me dijo, estoy seguro de que  no me dijo ni siquiera un 10% de lo que pasó con él.

Apagué la computadora y caminé hasta su puerta, no tenía sueño pero dormir con ella o al menos recostarme a su lado era mejor que que hacerlo en mi cuarto.

Cuando entré ella estaba sentada en la cama, -Pensé que habías tomado vergüenza y te habías ido a tu cuarto para que no te descubran, nos descubran.- se corrigió

-Me iré antes de que se despierten, no seas miedosa- me acomodé a su lado y abracé su cintura.

-¿Fue duro para ti? Renunciar a tener hijos.

-No, era muy joven cuando lo hice, tenía 20, y nunca me vi a mi mismo con mocosos llorones, tenía otra ambiciones.

-¿Como cuáles?

-Destacar, soy algo competitivo.

-¡¿No me digas?!- dijo con sarcasmo.

-De todos modos ya tengo un mocoso a nombre mío y no es llorón, es malcriado y consentido, pero...

-Pareces describirte a ti. Niño de mami.

-Como sea, el punto es... que no, no quiero hijos, con lo que follan Yoori y Park me llenaré de sobrinos.

-Parece mal de familia.

-Si noona- la apegué más a mi cuerpo -Mañana en mi cuarto, en el pelotón. Esto de dormir pegados sin follar no me gusta.

-Mauricio está molesto porque no dormí aquí la noche anterior.

-Mocoso celoso- recordé lo que me dijo -Dile que es trabajo o salte luego de que se duerma, pero te quedas a dormir.

-Planeas mi itinerario incluso.

-Soy secretaria si eso me garantiza metértela.

-Pervertido

-Tuyo

La sentí reír por lo bajo y luego acomodarse, acabamos dormidos poco después.

A la mañana siguiente desperté como resorte, la alarma resonaba por todo el lugar. Dejé un golpe en su trasero y me puse de pie para salir del cuarto.

Le di una última mirada a su cuerpo antes de salir, apenas lo hice frené de golpe, mi madre guiaba al mocoso hasta el cuarto de su madre.

Y mierda se podía malinterpretar esto, yo estaba con apenas un pantalón de pijama y nada más. Salía a las 6 de la mañana de su cuarto y con cara de recién levantado.

-Dejemos que tu mami se prepare para el trabajo cariño- mi madre giró al niño y regresaron por el pasillo hasta su cuarto, no sin antes dirigirme una dura mirada.

Aquello para nada estaba en mis planes y obviamente no le diría a Fary sobre que mi madre me vio, no antes de al menos hablar con ella.

Terminé mi camino hasta mi habitación y me bañé con prisas antes de ir en su búsqueda, estaba en la cocina cuando bajé.

-Mamá

-Ahora no Yoongi- revolvía los huevos en el sartén. -¡No puedo... es tu hermana. Es...

-No es mi hermana

-Es mi hija, tu también lo eres. No se en que los convierta eso.

-En dos personas que se gustan.

-En dos personas que no deben gustarse, paren esto. Párenlo o lo haré yo.

-Mamá, ni siquiera...

-No voy a permitir que lo que sea que tengan destruya esta familia. Así que déjenlo, habla tu con ella o lo haré yo.- dijo aquello dando por terminado el tema, mi intención era convencerla sobre que esto no está mal pero a la cima de la escalera estaba el niño mirando en mi dirección.

-Mocoso- llamé cuando estuve frente a su puerta, no respondió y aún así la abrí.

-Ya no quiero que vengas a jugar.

-No seas...- negó

-No me gusta cuando los hombres ver a mi mamá pero eso parece que no lo recuerdas. Ya no seré tu amigo.

-Mauricio - reclamé de manera ruda

-Creía que te gustaba estar conmigo pero solo lo hacías por mamá.

-Eso no es verdad, tu me agradas más que ella.

-Pues ya no sean novios- pidió en un hilo de voz.

En cualquier otra situación me hubiese negado, mierda que lo habría mandado al demonio, pero era el mocoso, era mi mocoso quien lo pedía a punto de llorar, y la perra de mi conciencia me abofeteó con apenas verlo.

Esto estaba mal, muy mal.

Estaba demasiado mal, no solo pondría tensas las cosas entre su madre y yo si terminaba esto de mala manera, sino entre mis padres por no poder estos tomar partido de uno por el otro.

Sino que también tendría que alejarme de él y eso no lo quiero.

Apenas salí de su cuarto me encontré con su madre al pie de la escalera, no había rastros de la mía. -Debemos hablar- carraspeé, -Te espero en el pelotón.

Había llegado el final.



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¿El Jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora