Pasaban de las 3 y aún no había conseguido dormirme, las sabanas me estorbaban y el sueño no llegaba así que decidí ir a la cocina por algo de comer, quizás eso me entretenga.Encontré algo del pastel así que solo tomé un tenedor y comencé a comerlo del envase.
La silueta de aquella castaña que se ha posado en mis pensamientos hizo presencia en la cocina, desvió su vista apenas dio con la mía y continuó su camino para tomar agua de la nevera.
-Dame un poco muda
-Sírvete tú- gruñó -Deja las confianzas conmigo, y deja de tratar de besarme por los rincones, la próxima vez que lo intentes mi pie hará que tu fábrica de bebés no funcione más- auch
-Bueno, no lo hago más. Pero quisiera los motivos gemidora, después de todo te encanta.
-De- ja de lla-mar-me así.
-Bueno, no te enojes.- me burlé
-Desde ahora no hablarás conmigo a menos que sea algo de trabajo, seré la Comandante Lee para ti.
-Te van esos fetiches de los rangos y eso, entiendo, es excitante de alguna manera- me puse de pie dando una última probada al pastel mientras esta me miraba con enojo. -Ya me dejo de bromas, tranquila. No aguantas nada, te creía con más...- me detuve a su lado -Aguante.
Caminé hasta mi habitación con la satisfacción de haberla dejado sin palabras. Me recosté y sonreí con malicia, sin duda debía ir a la ciudad y comprar ese regalo para ella.
...
Caminaba por los pasillos supervisando que se lleven a cabo los protocolos, un grupo de nosotros viajaremos a Seúl para un encuentro amistoso con los demás pelotones.
Así que debíamos ir con ellos, participar también, justamente era el cumpleaños de la terca que no hace más que ignorar la tensión sexual en la que se sumerge una habitación si estamos ambos presentes.
Papá y mamá avisaron que traerían el mocoso para despedirse de su madre, pues esta había salido bastante antes de la casa y este parecía empeñado en hacerlo.
Supongo que la razón es porque le dije que el regalo lo tenía conmigo, así que planeaba entregárselo, mordí mi mejilla interna para reprimir una sonrisa mientras me explicaban sobre el itinerario del viaje.
-¡Mayor!- la vocecita el mocoso llamándome me hizo girar sobre mis talones, corría desde las canchas por lo que supongo me buscaba ahí. -Dame el regalo de mamá- tendió sus manos entre risas
-Puedes retirarte- caminé hacia mi oficina haciéndolo seguirme -Se saluda, se dan los buenos días. ¿No sabes cortesía?
-Hablamos antes, ¿cuántas veces debo saludarte? ¿Vas a ir con mamá? ¿Vas a pelear también? Mamá dijo que iba a luchar, ella seguro va a ganar, ella siempre gana. Te ganó a ti y tu eres muy fuerte. Preciosa dice que puedes levantar a mi mamá con sólo una mano.
-Um, ¿qué más dijo la loca de los cuchillos?- de pronto aquella conversación fue de mi entero interés.
-Mamá la mandó a callar y no dijo más- negó para si mismo -¿Si puedes? Cargarla con una mano.
-Claro. Tengo mucha fuerza
-Cool- abrí la puerta de mi oficina
-Está en esta caja- la señalé, tenía papel envoltorio e incluso un moño. -Ese es sorpresa y aquí tienes otro- le tendí una cajita más pequeña, tenía un fina cadena con un dije de un niño pequeño, lo había elegido la de la joyería.
-Wow, lo va a amar- se le iluminaron los pequeños ojitos y aquello me causó gracia. -¿En la caja que hay?- quiso saber
-Es sorpresa ya te dije.- recalqué
-Señor- alguien estaba tras la puerta avisando que partiríamos ya.
-¿Dónde está Lee?- quise saber, quería ver su cara en primera fila.
-En la entrada señor- este se marchó poco después de dar la información.
-Tienes que mostrarme todas las llaves que hagan en el combate ¿No puedes llevarme mejor? Quiero ir pero mamá dice que no puedo.
-Pues te quedas, no es lugar para mocosos mirones- puso mala cara -Puedes quedarte a jugar con los mocosos.
-Pues tráeme algo. Un regalo
-Malcriado, estoy seguro que le dijiste también a tu madre.
-Pero tu eres otro. Si no me traes nada le diré a mamá que me dejas usar el campo de tiro mientras miras videos.- ah mocoso maleducado.
-¿Qué tanto hacen ustedes dos?- la voz de mi padre nos hizo perder el contacto visual.
-¡Mamá!- este la llamó a lo lejos, estoy seguro de que más de uno aquí cree que soy el verdadero padre del mocoso, después de todo lo he encontrado diciendo aquello para librarse cuando lo atrapan en algún lugar que no debe. Y como va por ahí vociferando que ella es su madre, más de uno debe pensar eso. Aún así se abstienen de hacer algún comentario o preguntar. -Tu regalo de cumpleaños.
-¿Más? Ya me diste varios- ahh mocoso, me hizo gastar dinero de más. Al menos me queda la satisfacción de su reacción cuando lo abra.
Notó el collar y agradeció, el mocoso insistió en colocárselo así que se retrasó lo que verdaderamente me interesaba.
-Abre la sorpresa mamá- pidió y la vista de su madre fue a mí, permanecía en mi lugar sonriendo por lo bajo.
Su madre abrió la caja y supongo que solo vio la nota que se encuentra justo bajo el papel porque apenas lo hizo su ceño se frunció al igual que sus labios. -La sorpresa la abriré más tarde.
-El mayor no me dijo que era, yo también quiero ver.
-Luego te digo mi amor, no desesperes, es que debemos irnos- y si, la mirada que me dió me hizo contener una carcajada.
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¿El Jefe?
FanfictionÉl acostumbra a no obedecer, problemas de autoridad le llaman. Él entiende que no nació para seguir órdenes, no cuando quien las da no se arriesga. Ella será su karma. Sexto libro de la Saga Militar Primer Libro: Por Favor (Oneshot) Segundo Libro: D...