Capítulo 25

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-Pero... ¿que...

-Jeon no sabe tirar. Que vergüenza debe ser tenerlo como esposo.

-Es un exagerado, esas cosas pasan, estábamos en un tiroteo.

-Pero yo no andaba lanzando granadas a lo loco.- miré a la otra -Oye Suran, dice tu esposo que ya que están en un hospital agenden la cita para su vasectomía.- el doctor entró antes de que esta respondiera. -¿Me puede dar el acta ya?

-Señor Min, tenía dos balas. Una en un brazo y otra en la pierna.

-¿Enserio?- fingí sorpresa -Ya se como funciona esto, traiga los papeles de descargo, me voy a casa hoy.

-Min, espera unos días al menos- negué

-¡Mierda!- miré al doctor -Déjelos para mañana, me voy mañana.- señalé a Jeon -Tu, compra un regalo para un mocoso de 7 años, le gusta disparar y comer chuches, las calaveras, armar rompecabezas, videojuegos y construir maquetas.- lo ví alzar una ceja. -Prometí un regalo al mocoso, pero alguien me disparó.

-¿Tienes un hijo?- preguntó su esposa.

-No, solo se quiere echar en la bolsa al hijo de su nueva conquista.- explicó este, pero no era así. Me agradaba más el mocoso, es decir. Me cae mejor que la loca de su madre.

Estos se fueron poco después, Jeon aseguró que traería el juguete al día siguiente y dejé al fin que las pastillas surtieran efecto.

...

Había subido al avión al fin, Jeon me había dejado las llaves de la camioneta que se encontraba en el aeropuerto y esta me serviría de trasporte antes de entregarla en el lugar de renta de vehículos. Encendí mi teléfono al fin, recuerdo haberlo apagado apenas me iba.

No me detuve a revisar las llamadas o mensajes, conduje hasta la casa de mis padres, quería llevarle el juguete al mocoso antes de dormir. Las pastillas para el dolor me daban mucho sueño.

Maldito Jeon

Apenas aparqué recibí un mensaje de Jeon

"Por tu culpa me dejaron sin sexo"

"Me alegro, hazlo como las artesanías"

Si hay algo que amo es burlarme de las parejas casadas, pues no me veo de esa manera, así que morirán antes de hacerme una burla parecida.

Traté de caminar lo mas derecho que pude, pero apenas entré divisé el sillón. -Ten- le tendí el juguete y este comenzó a abrirlo preguntando que era, ni yo sabía.

-Wow, cool- puse los ojos en blanco, era un rompecabezas con la imagen de uno de los videojuegos que suele jugar impresa, de mas de 1000 piezas. -¿Lo armamos?

-Luego, tengo sueño. ¡Mamá!- la llamé, estaba en la cocina. -Me quedo a dormir, no me despiertes para cenar.- revolví el pelo del mocoso antes de hacer la fuerza suficiente para no cojear frente a papá, aunque este estaba demasiado ocupado tratando de descifrar como abrir la caja del rompecabezas.

Me recosté lo que para mí fue solo un minuto. Cuando desperté lo hice por el dolor, seguro habían pasado las horas suficientes para que las anteriores perdieran efecto, apenas vi el reloj tuve la certeza.

Estaba sudoroso también, tomé la pastilla y me metí a la ducha. Retiré las vendas pues de todos modos quedaran hechas a perder, solo quedaron lo parches, estos eran más resistentes.

-Te dije que me avisaras cuando llegaras allá- abrí los ojos aún bajo la ducha para verla. Tenía su uniforme aún.

-Lo olvidé

-Le trajiste a Mauricio el regalo que te pidió ¿y no eres capaz de reportarte con tu superio... Estás herido.

-¿Enserio?- acabé por salir de la ducha, me posicioné a su lado. -¿Me pasas la toalla o te gustan las vistas?- la vi poner los ojos en blanco y aproveché para robarle un beso.

-Tu madre no dijo...

-No saben, luego se pone histérica.- dejé caer mi mano hasta su trasero -Duerme aquí.

-Estás loco- trató de alejarse pero la apresé como pude contra la pared, gruñí dolorido -¿Ves?

-Voy a cambiarme las vendas, tu ve por una de esas batitas que te gustan.

-No voy a dormir contigo, menos aquí. Es casa de...

-Voy yo a tu cuarto.

-Te disparo. En lo que más orgullo te genera.- dejé una nalgada en ella.

-Obedece- hice una señal con la mano para hacerla caminar, en cambio me miró de mala manera y tomó ella el botiquín para curarme.

Acabé dejándola hacer, tomé asiento en la cama con la toalla contra mi cintura y esta a mi lado para comenzar con el brazo.

La veía hacer el trabajo en silencio, cuando lo vendó comenzó con la pierna -¿Te dispararon desde dos direcciones? ¿Como te metes en medio? Eso es de novatos.

-De hecho me disparó fuego amigo, al menos el de la pierna.

-¿Quién?

-¿Por qué? ¿Mi noona va a castigarlo?- bromé y trató de golpear mi estomago pero la envolví en mis brazos y nos lancé sobre la cama, evitando gemir dolorido claro. -Duerme aquí. Conmigo, cuidándome.

-No- pretendía decir algo más pero tomé su boca dejando cortos besos en ella. -Estas herido- dijo cuando me entretuve con su cuello.

-Puedo follarte aún así

-Pervertido- volví a golpear su trasero y traté de quitar su pantalón, acabó por alejarse.

-Si no regresas dentro de 15 minutos voy a  ir por ti.

Salió de la habitación ignorando por completo lo que dije, pero lo haría. Tenía ganas de pelearle un poco.

Me coloqué unos bóxers para entonces dedicarme a revisar los mensajes y llamadas. Nada muy importante, solo uno del teléfono de mamá, era el mocoso pidiéndome recordar el regalo.

Mocoso consentido.




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¿El Jefe?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora