Streamer [KookTae]

05

Lleva una semana.

Una jodida semana sin contacto con Jungkook y tampoco con JK. Su abuela insiste en que vaya a visitarlo para ver cómo está pero se niega profundamente. Ya le importa una mierda aunque su corazón lata rápidamente al ver la foto impresa en su escritorio que ha querido quemar en tantas ocasiones. Sí, quemar. Tiene ese mal gusto en su boca pero aún así no ha querido acercarse a hablar con el chico, no dañaría su orgullo.

Golpea su frente contra el escritorio y tira su lapicera sin poder concentrarse en sus trabajos de la universidad. Es molesto tener un pensamiento carcomiéndole la mente. Es agobiante, estresante y aborrecedor.

¿Qué tal si...?

No. Definitivamente no va a ir como una persona arrastrada que aparenta querer algo de polla.

Aunque tal vez si quiere algo de polla. Es decir, ¿quién se negaría a un hombre como ese? pero también le agota pensar que Jungkook le utilizaría solo por sexo. Bueno. Igual si lo piensa mejor... ser sólo su puta no estaría nada mal, si le pagase buen precio y le daría buen sexo no se negaría, tampoco le importaría si su corazón estuviese en juego. Que sexy sería ser su puta. Muerde sus labios y ante tal idea, sintiéndose sexy consigo mismo.

Suspira. Tiene pensamientos horribles. Se odia a sí mismo por su indecisión. Su abuela le aconsejaría que debería lanzarse a lo que viniese y lo intentase, porque él que no arriesga, nada gana. Ya ni siquiera recuerda cuál es el dicho que dice su abuela. Una idea maliciosa cruza por su mente de la nada. Jungkook termina sus directos a las diez de la noche aproximadamente y los fines de semana, llega hasta las cinco de la mañana como máximo. No tiene un horario definido completamente, siempre lo está cambiando.

Así que eso es un punto a favor y es una excusa para seguir pensando en lo ocurrido, para seguir aclarando sus sentimientos y pensamientos.

Bueno, ser solo su puta no estaría mal... o tal vez sí.

—¿Y si armo una lista de pros y contras?— se pregunta a sí mismo y luego se felicita al tener semejante idea.

Pros de ser la puta de Jeon Jungkook: tendría buen sexo, tiene buen tamaño, es jodidamente sexy con sus expresiones faciales y sus movimientos delirantes.

Y hasta ahí llega. No tiene más pros. Bueno... y de contras, aunque haya solo uno; sería que su corazón estaría en juego. Hace un puchero y lo piensa mejor... tal vez si quiere sexo pero también quiere atención, también quiere tomar su mano y caminar por el parque o salir a comer, a cenar en algún restaurante elegante o simplemente pasar el día en pijama y estar acostaditos en la cama mientras se miman.

Piensa la vida entera con un chico que ni le presta atención. Es completamente patético.

—¡Agh!— golpea la mesa y se levanta de golpe, botando la silla.—¡Abuela!

—¿Qué?— grita desde su sofá.

—¡¿Por qué mierda me hicieron tan indeciso?!— lloriquea exageradamente.

—¡Cuida esa boca, niñito!

Bufa y se tira a la cama. Le urge algo de sexo. Sexo. Sexo. Se siente como en la pubertad. Guardó su deseo sexual hasta tener al menos veinte y tuvo su primera vez con un chico rudo de la capital. Pero si lo piensa mejor, el sexo no es tan atractivo... o quizás nunca lo había probado con Jungkook.

Sí. Quizás deba tirarse a sus brazos y rogarle por su polla, dormiría en su cama hasta la mañana siguiente y se arrepentiría pero Jungkook le convencería de que todo estará bien y le pediría cientos de veces que lo repitiesen, vivirían felices para siempre con diez gatos, cinco perros y dos hurones. Y una tortuga de agua. También una oveja.

Es un buen plan o una suposición. Quizás esperaría hasta el próximo fin de semana, tendría más tiempo para pensarlo mejor y para preparar su atuendo. Probablemente use lo más provocativo de su closet, esa misma ropa que dejó de usar desde que entró a la universidad, y eso que va en su cuarto año de universidad. Cuatro de diez años.

Bufa. Apostaría su vida a que esa ropa es anticuada. Quizás gastaría un poco de sus ahorros e iría a comprar la mejor ropa. Su abuela quizás se decepcionaría o tal vez no, quizás le felicitaría por tener algo de emoción en su vida.

Acaricia su cabello y sonríe, confiando en lo que tiene planeado.