Capítulo 15

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Ace siguió un poco detrás de Daryl por el bosque, con el cuchillo preparado en la mano mientras avanzaban en silencio por el bosque. Sus cabezas giraban, siempre mirando hacia el lado en el que el otro no estaba. Sus pies apenas hacían ruido en los manojos de hojas bajo ellos. Era como si se convirtieran en uno mientras rastreaban.

Ace tardó un segundo en alcanzar a Daryl después de que éste se marchara furioso. Pero ella no dijo una palabra mientras seguía tras él, sólo le dio el espacio que necesitaba para calmarse. No sabía qué pensar de todo aquello, aparte de que no podía decirle nada. Sin embargo, su mente trabajaba a mil por hora. Finalmente, Daryl se dejó relajar y luego disminuyó su paso rápido para emparejarse de nuevo con Ace.

Siguieron adelante como si nada hubiera pasado, porque realmente no había razón para alargar el tema, aunque siguieran pensando en ello. Ni Ace ni Daryl pensaban que era tan importante y era demasiado hipócrita que juzgaran al otro. Eran demasiado parecidos, con Sophia en la cabeza y todo. Incluso sus pisadas coincidían a la perfección. Y sus posturas eran iguales.

Y al parecer también lo era su sentido del oído, porque ambos giraron inmediatamente la cabeza para mirar al otro cuando se oyó a lo lejos el chasquido de unas ramas. Mantuvieron una conversación silenciosa mientras se miraban. ¿Sophia o caminantes?

Daryl se alegró de no tener que hacerle señas a Ace para que se callara, como se las habría hecho a cualquier otro miembro del grupo, y sabía que ella sabía lo que tenía que hacer. Supuso que eso era algo de lo que no podía quejarse... Pie a pie, se escabulleron hacia el lugar de donde habían oído el sonido. No querían estar directamente frente a él y asustarlo, pero tenían que estar cerca y preparados.

Compartieron otra mirada rápida mientras el crujido de las hojas se acercaba. Ace rezó para que fuera Sophia la que se tambaleaba, y sabía que Daryl probablemente también. No era como si esperaran a los muertos.

Pero cuando apartaron la mirada el uno del otro, ambos se encontraron con la visión de carne desgarrada y podrida que pasaba tambaleándose junto a ellos. El corazón de Ace se desplomó, pero sólo lo rodeó el asco. Odiaba a los muertos. Debería haber sido Sophia.

Sólo era un caminante, así que Daryl levantó rápidamente su ballesta y lo derribó. Ace apretó los ojos para librarse de la visión del cuerpo que caía antes de seguir a Daryl hasta él. Le arrancó la flecha de la frente, y poco después la sangre brotó del agujero.

Ace no lo miró, sólo a Daryl mientras se limpiaba la flecha en los pantalones. Se encontró con los ojos de Ace antes de que ambos empezaran a mirar a su alrededor en busca de cualquier otra señal de peligro. Parecía claro.

"Supongo que este imbécil andaba solo", murmuró Daryl, recargando su ballesta.

Ace asintió, sin dejar de mirar a su alrededor. Fue casi como si hubiera hablado un milisegundo demasiado pronto, porque justo después se oyó otro crujido de una ramita procedente de detrás de ellos. Se giraron para mirar y se encontraron con un ejército de caminantes.

Dios...

Con los ojos muy abiertos, Daryl y Ace se miraron. Esta vez no tenían un plan silencioso que se transmitiera a través de sus ojos, sólo oh mierda. Eso era una pesadilla, una que Ace no sabía si podría soportar.

"Tenemos que irnos", resopló Daryl, recogiendo su ballesta.

"No podemos huir", lo detuvo Ace, con voz firme, pero el miedo persistía en su pecho. Eran tantos, y Ace siempre había hecho lo que podía para evitar una masacre.

"Tenemos que hacerlo", insistió Daryl, apretando la mejilla contra la ballesta mientras los caminantes se acercaban. Los muertos aún no habían reparado en ellos, pero era cuestión de segundos.

The Sharpest Lives | ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora