Capítulo 27 (Parte II)

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Pasado el mediodía, Ace regresó a la granja.

Volvió satisfecha de la jornada, tras haber encontrado lo que estaba casi segura que eran las huellas de Sophia. Ni una sola vez se sintió enferma, ni se cruzó con ningún caminante. Eso era raro. Había sido un buen día. Eso era aún más raro.

Siguió las huellas de Sophia durante un rato con ánimo, pero empezaron a disolverse y no pudo seguirlas. No llegaba a ninguna parte, pero sabía exactamente dónde las había dejado y estaba casi segura de que si le decía a Daryl él sería capaz de seguirlas mucho mejor que ella.

Ella y Daryl iban a hacerlo.

Salió del bosque cerca de los establos detrás de la casa. Guardó su cuchillo en el bolsillo y arregló las correas de su mochila, comenzando a caminar. Iba a volver al campamento, pero oyó que la llamaban por su nombre. Y no era un tono agradable.

"¿Qué demonios está mal contigo?"

Ace miró hacia atrás para ver a Daryl marchando hacia ella, moviendo el brazo. Ella se quedó un poco sorprendida, mirándolo confundida.

"¡¿Dónde demonios has estado todo el maldito día?!", se acercó a ella, sin parecer complacido.

"A buscar a Sophia..."

"¿Sin decírselo a nadie? ¿Eres tan estúpida?" Daryl prácticamente la regañó, su voz fuerte y enojada. "Casi le provocas un puto infarto al viejo".

"¿Dale?"

"Sí, vino a mi tienda, poniendo a todo el mundo nervioso", Daryl parecía haber vuelto a su estado de agitación. El grupo lo había estado molestando todo el día, pensando que sabía dónde estaba. No sabía por qué todos pensaban que Ace era su problema. Pero estaba a punto de ir a buscarla antes de que Dale muriera. El viejo debía sentir algo romántico por ella.

Ace se sintió un poco culpable, pero sabía que había tomado la decisión correcta. "No creí que importara", se defendió, como murmurando para sí misma. Se sintió mal de nuevo, recordando su charla con Rick. Esa gente estaba preocupada por ella.

"Eso es estúpido, maldita sea", refunfuñó Daryl. "Pensaste mal y..."

"Encontré sus huellas", interrumpió Ace, logrando que la cara de Daryl se congelara y se contorsionara en interés.

"¿Dónde?", preguntó.

"De vuelta al río, las seguí un rato."

"¿Y?"

"Se complicó, no llegué a ninguna parte. Pero sé dónde lo dejé, así que..."

"Volveré contigo", se apresuró a decir Daryl, ya entendiendo su punto y olvidándose del enojo con ella por haberse ido. Estaba más enojado porque ella se fue sin él, dejándolo ahí sentado sin hacer nada en todo el día.

Ace asintió y eso fue todo lo que necesitaron para ponerse en camino. Por supuesto, Daryl ya tenía su ballesta consigo y estaba listo para partir, ni siquiera le importaban sus puntos. Ace no estaba preocupada, sabía que él estaría bien. Ella también quería volver a salir.

Comenzaron a caminar hacia los árboles de los que Ace acababa de salir. A Daryl no le importaba decirle al grupo que se iba, estaban demasiado preocupados corriendo como gallinas sin cabeza.

Fue casi como si alguien hubiera oído a Daryl pensar eso, porque Rick venía corriendo hacia ellos justo después. Daryl no dejó de caminar, esperando que los dejara ir.

Por supuesto que no los dejaría.

"Ace. Daryl", llamó Rick, aminorando la marcha al llamar su atención. Ace y Daryl apenas dejaron de caminar. Ace sabía que tenía que lidiar con el descontento por haberse ido antes, haciendo que sus nervios aumentaran.

The Sharpest Lives | ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora