XANDRO

Condón

Se movió en la cama cuando escuchó la alarma en su celular la quitó y lo dejó de nuevo en la mesita, la noche anterior volvió a la cabaña solo, ¿Por qué se sentía molesto con que la rubia no lo acompañara? Se preguntó sentándose, pasándose la mano por el cabello, estaba involucrándose demasiado con ella, era bueno que pusiera distancia, debería estar agradecido con Nina y no enojado, por no querer acompañarlo, miró la hora y durmió también, que tenía el tiempo suficiente para revisar con detenimiento los estados financieros que le envío Ares, pero antes de hacerlo tomaría una ducha.

—Mamá ¿cómo estás? —saludó cuando respondió la llamada de Sol.

—Hola cariño, estoy bien ¿y tú? —respondió, sentando en la barra de la cocina donde revisaba los estados financieros después de bañarse y desayunar.

—Bien, descansando. —declaró.

—¿De verdad? —inquirió su madre.

—Si, ¿Qué te dijeron? —preguntó imaginando qué le preguntaría por Nina.

—Ares me dijo que pediste información sobre el complejo. —confesó.

—Le dije que no le dijera a nadie, no te preocupes, esto no significa que vaya a trabajar, solo vi algunas cosas extrañas que quiero descartar. —le contó.

—¿Es solamente eso?

—Sí, no voy a estresarme, te lo aseguro, no puedo estar todo el día sin hacer nada o jugando videojuegos.

—En eso tienes razón, pero me preocupas.

—Soy un adulto mamá, sé cómo cuidarme

—Evidentemente no sabes cómo cuidarte. —contradijo— Si lo supieras no estarías en Alaska.

—Alaska no es tan malo.

—Humm, ¿por la rubia que conociste? —cuestionó.

—Ivy jamás se queda callada.

—Nunca, ya la conoces ¿Qué tal te va con ella?

—Bien, solo es una amiga. —declaró

—¿Amiga que duerme en tu casa?

—Te recuerdo que la cabaña tiene más habitaciones. —dijo y escuchó a su madre reírse.

—Está bien, no diré nada más, yo también fui joven y me quedaba a dormir en casa de tu padre en diferente habitación.

—Mentirosa, si hubiera sido así, no tendrías tantos hijos. —señaló volviendo a escuchar a su mamá reír..

—Creo que me faltó tener alguno más, pero me conformo con mis nietos, me faltan tuyos.

—Nada de nietos por mi parte.

—Está bien, rompe con la tradición de la boda con la mujer embarazada. —dijo entre risas.

Continúo hablando con ella por un largo rato, para luego seguir revisando la información que le había mandado su hermano, para luego llamarlo.

—¿Como estás señor robot? —respondió Ares.

—A punto de viajar a gracias para romper tu hermoso rostro.

—¡Oh, vamos! Solo le dije Porque tú conoces a Sol, ella me rompería los huevos si te pasa algo por estar trabajando. —dijo adivinando porque estaba enojado.

—En eso tienes razón, pero no va a pasarme nada, puedes confiar en mí, prácticamente no hago nada, puedo revisar un simple informe.

—Eres demasiado intenso con el trabajo.