La indicada

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—¡Oye, no me beses! —exclamó antes de empujarlo— ¡Suéltame!

—Ardilla. —dijo sin soltarla.

—Me llamo Karenina, robot atrevido. —volvió a empujarlo.

—Ven conmigo. —le pidió, tomando su mano para sacarla del lugar.

—No, contigo no voy a ir a ningun lado. —se detuvo mientras intentaba zafarse de su agarre.

—Nina.

—Karenina, para ti ¡suéltame! —exigió— Crees que porque estas muy bueno, puedes hacer lo que se te plazca, pues conmigo no ¡que me sueltes!

—Nina.

—Dijo que la soltaras. —escucho detrás de él— Y más vale que lo hagas.

—¿Tú quién eres? —cuestionó mirando al rubio.

—No te importa, suéltala. —exigió furioso.

—Lukyan. —lo llamó la rubia— Es mi hermano. —declaró, sintiendo como el griego aflojaba su agarre.

—¿Qué esperas para soltarla? —preguntó el rubio haciendo las manos puño.

—¿Qué sucede? —inquirió Zeus acompañado de Pam.

—Nada, es un malentendido. —declaró el tempano de hielo, liberando la mano de la rubia.

—¿Se conocen? —pregunto el hermano de la ardilla, mirando con rabia al rubio recién llegado.

—Sí, es mi tío ¿y tú quién eres?

—Él que le va a partir la cara a tu tío si no deja en paz a mi hermana y a ti de pasada. —amenazo.

—Cuando quieras. —declaró Zeus.

—Aquí nadie se va a partir nada. —intervino Nina, acercándose a su hermano.

—Nina tiene razón, esto fue un malentendido, me disculpo por eso. —habló Xandro entrando en razón, era el adulto entre todos ellos, asi que debía comportarse.

—No te vuelva a acercar a ella y tu tampoco. —le dijo al rubio tomando la mano de Pam, para luego tomar la de su hermana, dando media vuelta y alejarse de los griegos.

—Creo que se quedó con las dos. —comentó su sobrino— ¡Kátara!

—¿Qué paso? —preguntó Arizona llegando a su lado.

—Un malentendido, volvamos a la mesa.

—Es verdad, aún no me presentas a tus amigas, se buena prima y hazlo. —dijo pasando su brazo por los hombros de la rubia.

—Está bien, pero no coquetees demasiado. —le pidió caminando a la mesa.

—Eso es imposible, es mi encanto natural. —dijo con una preciosa sonrisa.

—Presumido.

—Solo digo la verdad.

Xandro solo los escuchando, mirando a su ardilla salir del lugar con su hermano y su grupo de amigos, lo habia echado a perder, maldijo para sus adentros, necesitaba un mejor plan.

—¿Ese es el tipo con el que te acuestas? —le preguntó Lukyan cuando estuvieron afuera del lugar en voz baja para que solo ella escuchara.

—No voy a responder esas preguntas.

—Es un viejo.

—No tanto, solo me lleva diez años.

—Son demasiados.

—Papá tambien le lleva años a mamá. —le recordó. 

—Eso no es una justificación, sal con alguien de tu edad.

XANDRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora