Citas

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—Es Google. —admitió antes de que la rubia lo besara lentamente.

—Bendito Google. —declaró Nina dejando los labios del griego.

—¿De verdad son tus flores favoritas? —cuestionó, no estaba completamente seguro de que Mijaíl le hubiera dicho la verdad, pero al parecer logró que los padres de su ardilla le ayudarán en su labor de conquistarla.

—Sí, lo son. —respondió volviendo a hundir su rostro en el ramo.

—Jamás lo imagine. —comentó.

—¿Por qué no? —preguntó mirándolo.

—Porque son demasiado sencillas.

—Creo que eso es lo que me gusta de ellas, yo soy una chica sencilla.

—No, no lo eres. —declaró sonriendo.

—Claro que sí lo soy. —contradijo.

—No, no eres nada sencilla, eres una ardilla de alto mantenimiento. —declaró con una gran sonrisa.

—¿Lo crees? —cuestionó encantada de verlo así.

—No solo lo creo, estoy seguro. —respondió antes de darle un   beso casto, aprovechando que la rubia estaba sorprendida— Pero me gusta que seas así.  —dijo mirándola a los ojos, ganando que los labios carmín dibujaran una deslumbrante sonrisa— ¿Nos vamos? —preguntó extendiendo la mano hacia ella.  

—Sí, vamos.  —aceptó tomando la mano que le ofrecía— ¿A dónde vas a llevarme? —cuestionó.

—Es una sorpresa.

—No hay mucho que hacer en invierno, en este lugar. —comentó mientras atravesaban el campus, hacia donde estaba el estacionamiento.

—Encontré algo que espero que te guste. —comentó sintiéndose muy bien por estar junto a su ardilla.

—Pareces un robot muy seguro.

—Lo estoy, cuéntame ¿Cómo estuvo tu día? —le preguntó.

—Estás seguro de que quieres saber, sabes que hablo demasiado.

—Me gusta que seas habladora.

—Solo porque entonces tú no dirás nada. —señaló.

—Te contaré todo lo que quieras saber, solo tienes que preguntar y hablaré.

—¿Estás seguro de eso Témpano de hielo? —cuestionó sintiéndose muy feliz de     volver a estar con él.

—Muy seguro, aunque te recuerdo que no   soy un buen conversador, se me da mejor escuchar.

—Eso lo tengo claro, yo soy la que habla sin parar y tú escuchas.

—Así es. —aceptó.

—Entonces, debo confesar algo. —dijo Nina deteniéndose frente al deportivo del robot.

—Te escucho. —se detuvo a su lado.

—Me gusta tu deportivo, pero te queda mejor el viejo jeep. —declaró sonriendo.

XANDRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora