—Fuck, fuck, fuck. —murmuró sentándose en la cama después de darse cuenta de que se le habia hecho tarde.
—¿Por qué estás maldiciendo tan temprano? —preguntó el griego tomándola de la cintura subiéndola sobre su cuerpo.
—Espera, tengo que irme o llegaré tarde. —dijo riendo mientras Xandro besaba su cuello.
—¿A dónde? Es muy temprano.
—Tengo que trabajar. —respondió dándole un manotazo en el brazo— Suéltame o llegaré tarde.
—Está bien, pero ¿A dónde vas? —inquirió soltándola.
—Conseguí un nuevo trabajo, tengo que ir a regar unas plantas y me dijeron que tenía que hacerlo las primeras horas del día. —le contó entrando al baño.
—¿Regar plantas? Estamos en invierno, hay nieve ¿de qué plantas hablas? —cuestionó siguiéndole.
—A las afueras del pueblo, un señor tiene un invernadero con flores y me contrató para que fuera a ponerles agua por las mañanas. —repitió entrando a la ducha.
—¿Por qué aceptaste un trabajo así?
—Porque necesito dinero para el viaje. —respondió mirándolo entrar detrás de ella.
—Lo sé, pero es muy temprano, vas a enfermarte si no duermes bien. —dijo tomándola por la cintura para pegarle a él, besó su hombro.
—Solo será seis días por dos semanas, él salió y necesita que las cuiden. —comentó tomando la esponja.
—Te acompaño. —declaró, ella giró para verlo.
—No es necesario, gracias.
—Sí es a las afueras del pueblo, no puedes ir sola.
—Aquí todos son buenos, no corro peligro. —dijo sonriendo, tallando su pecho con la esponja.
—Lo sé, pero quiero ir contigo, tengo curiosidad por ver el invernadero. —comentó, días antes habia escuchado que habia una nueva persona viviendo a las afuera del pueblo, nadie en el pueblo lo conocía, así que no podía dejarla ir sola.
—¿Estás seguro?
—Mucho. —le dio un suave beso.
Terminaron de bañarse, se vistieron y Xandro condujo el jeep hasta la casa donde la habían citado, aún el sol no aparecía, era invierno y las noches eran mucho más largas.
—Que linda cabaña. —dijo bajando del jeep tomando la mano del griego.
—Lo es. —aceptó mirando las luces encendidas— Sí no hay nadie ¿Por qué están las luces encendidas? —cuestionó.
—Las dejarían así, me dijeron que rodeara la cabaña y que al final del patio está el vivero. —dijo empezando a caminar sin soltar su mano.
—Veamos el invernadero. —dijo caminando a su lado, activando la linterna en su celular
—Eres muy inteligente robot. —señaló con una gran sonrisa, él le respondió con una sonrisa, pero con los sentidos muy alerta, algo no le gustaba— Aquí debe estar un interruptor, eso decía en las instrucciones que recibí. —le contó y él movió el celular para iluminar donde la rubia — Si, aquí está. —dijo oprimiéndolo, el patio se iluminó tenuemente y pudieron ver el invernadero al final del patio.
—Espera. —le pidió deteniéndose.
—¿Qué?
—Escuche ruido dentro de la cabaña. —señaló, los dos giraron la cabeza para ver cómo se abría una puerta— Buenos días. —saludó viendo la figura de un hombre aparecer en el marco de la puerta.
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XANDRO
RomanceÉl es el último hijo de Xandro Kalonimos y ama que respeten su espacio personal...