El final

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—Es precioso. —dijo recostada en el pecho del griego después de la tercera ronda de orgasmos, mirando su mano donde descansaba el precioso diamante azul.

—Me alegro de que te guste. —dijo Xandro acariciando el abdomen de la rubia quien estaba atravesaba en la cama.

—Me encanta ¿desde cuándo lo compraste?

—No lo compre. —declaró, Nina dejó de ver el anillo para ver a su esposo— Era uno de los anillos de mi abuela, mi abuelo se lo regaló en su primer aniversario de bodas porque los ojos de mi abuela eran azules, pensé que era perfecto, porque prácticamente tenemos un año de casados. —le contó.

—Es perfecto. —dijo antes de darle un beso casto y volver a recostarse en su pecho— Gracias, ahora tengo que comprar uno para ti, no puedo estar casada yo sola, tú también tienes que mostrar que tu espacio personal tiene dueña. —las carcajadas de Xandro llenaron toda la habitación— No te rías, que Pablo me dijo que van muchas mujeres guapas y bien vestidas a la oficina.

—Me gusta cómo te vistes tú y además tú no eres guapa, eres bellísima. —dijo con una gran sonrisa.

—Eres un robot muy inteligente. —volvió a besarlo— Pero, aun así, busquemos algún anillo para ti.

—Podemos elegir algunas argollas a juego. —habló dándose cuenta de que desde que la ardilla volvió a su vida se sentía de nuevo feliz.

—Sí, hagámoslo, no puedo creer que estemos casados, al parecer lo que pasa en las vegas no se queda en las vegas. —dijo sonriendo.

—Parece que no, hablando de estar casado ¿Qué vamos a hacer al respecto?

—¿A qué te refieres? —inquirió sin tener idea.

—Somos esposos, deberíamos de vivir juntos. —señaló.

—Fuck! —exclamó— Espera ¿cómo vamos a vivir juntos si yo estudio a dos horas de Manhattan?

—Tendría que mudarme a donde tu vives, ni creas que vas a dejar la universidad. —comentó.

—¿Mudarte? Pero, tu trabajo está en la ciudad, no puedes conducir dos horas por la mañana y dos horas por la tarde.

—Eso es fácil.

—¿Por qué presiento que tienes todo resuelto? —inquirió moviéndose para subirse sobre él.

—Porque lo tengo todo resuelto ¿quieres escucharme y decirme qué te parece?

—Claro que quiero escucharte, está vez no seré una ardilla habladora. —prometió antes de besarlo.

—Siempre serás una ardilla habladora. —dijo entre el beso.

Terminaron hablando sobre los planes que tenía pensados el témpano de hielo, Nina estuvo de acuerdo con todo, se sentía feliz de que su robot quisiera vivir con ella, solo tenían que resolver como decirles a sus padres, pero eso lo mirarían cuando volvieran a la gran manzana, después de que ella terminara sus prácticas y su mes de vacaciones recorriendo Europa con su novio, bueno esposo ahora que sabía que estaban casados.

(…)

 —Podrían por favor decirme ¿Qué es lo que voy a hacer? —preguntó Camilo el día siguiente mientras comían en un restaurante que la rubia eligió.

—¿Sobre qué? —preguntó Xandro, pues su ardilla estaba muy ocupada examinando el menú, algo que sin duda habia heredado de su madre.

—Sobre su matrimonio ¿debo darme prisa y volver a Las Vegas para presentar la solicitud de anulación? —cuestionó.

XANDRO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora