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—Hola, señor— Alan saludó, dio una sonrisa y meneó su mano, mientras caminaba y se acercaba a donde él se encontraba. —Me agradaría de todo corazón que respondiera a mis preguntas— dijo con una sonrisa.

—Ya se lo dije a tu jefe, no voy a contestar a ninguna de sus malditas preguntas. ¿Acaso no saben que nuestro señor volverá en cualquier momento?— el hombre también mostró una sonrisa, confiaba en que Brian llegaría pronto para que pudieran escapar y controlar el nuevo mundo junto a él.

Alan llegó hasta donde el hombre se encontraba y se sentó en cuclillas para que su rostro quedara justo al frente del del hombre. —Yo creó que debe contestar— lo miró directo a los ojos, intimidando —El loco no podrá combatir sin su ejército ¿no lo cree? Su ejército justo ahora se encuentra en un enorme aprieto— cerró los ojos y negó —Pero usted puede cambiar el destino de su ejército si contesta mis preguntas.

—Jamás traicionaría a nuestro señor— respondió firme.

—Bueno— Alan se puso de pie —no me dejara otra opción— negó y en seguida soltó un golpe que dejó sin aliento al hombre —Si no desea contestar mis preguntas yo haré que en verdad lo desee— siguió golpeando, hasta que la sangre ya se había apoderado de su boca.

En el último golpe la sangre salió expulsada, indicando que su cuerpo era destruido por Alan —Nuestro señor te hará pagar por esto.

Alan se detuvo y se rebajó a la altura del hombre nuevamente —Solo quiero saber, ¿qué fue lo que le hicieron a mi madre en el grupo H?

—Jamás te lo diré— respondió, pero, al no ser esa la respuesta que Alan quería, volvió a golpear para que esté soltara todo lo que sabía.

La tortura aumentó cuando Alan vio que aquel fiel hombre no diría nada. Los golpes ya no servían, así que recurrió a otras técnicas de tortura —¡RESPONDE, MALDICIÓN!— grito alterado, el estrés y la ansiedad lo consumía, debía saber con exactitud que era lo que su madre necesitaba para poder mejorar.

—Tu madre…— el hombre respondió entrecortado, la tortura lo estaba matando y era solo cuestión de minutos para que él perdiera el conocimiento y muriera —Es el ser perfecto… que nuestro… señor quería. Con sus genes… y los tuyos… creará seres con… la misma habilidad que ella… e incluso… mejores— sonrió —¡Con ellos al fin gobernará el nuevo mundo!— añadió delirando —¡LARGA VIDA A NESTRO SEÑOR!— gritó eso último, utilizando las últimas fuerzas que le quedaban.

—¿Qué? ¿El nuevo mundo?— preguntó —Pero el mundo ya quedó destruido por él— dijo mirándolo, fue en ese momento que se dio cuenta que el hombre ya no se encontraba con vida.

Con frustración se giró y salió apresurado de la habitación —¿Qué te dijo?— preguntó Erick, pero el chico no lo escuchó, él solo quería averiguar a qué se refería el hombre.

Alan caminó hasta donde su hermano menor se encontraba junto a los otros experimentos —Ben— lo llamó —Acompáñame— lo tomó del brazo y lo hizo caminar.

—Pero, ¿Qué pasa?— cuestionó.

—Voy a averiguar algo— respondió sin dejar de caminar.

—¿Qué cosa?— volvió a preguntar, acoplándose a su paso.

—Yo, no lo entiendo muy bien, pero el hombre que servía al loco dijo que él gobernará el nuevo mundo. Dudo que quiera gobernar un mundo repleto de infectados— respondió —Voy a averiguar su secreto.
—No lo entiendo.

—Vamos a ir a las instalaciones del grupo H que destruí antes de escapar.

—¿No hay una sola instalación del grupo H?

—No, el loco tiene bases por toda la ciudad.

—No lo sabía.

—Información clasificada— respondió y lo miró, abrió la enorme puerta y salió de Pandora.

—Sabes mucho sobre el grupo H.

—Bueno, la mujer que me cuidaba siempre hablaba sobre eso, me contaba todos los rumores que escuchaba— sonrió.

—Entonces ¿Qué vas a averiguar?

—Los verdaderos planes del loco— miró a su hermano y comenzó a caminar, después subió al auto y lo arrancó. Ben subió al auto también y, entonces, fueron hacia donde se encontraba la instalación en donde tenían a Alan y Clarís.

Una vez llegaron, ambos bajaron del auto. —Espera— Alan lo detuvo ya que un pequeño grupo de soldados se encontraban ahí. —Tenemos que ser discretos— susurró.

Observó detenidamente, analizando la ubicación de los hombres e ideando una manera de poder entrar al lugar sin ser notado.

Vio un pequeño grupo de hombres que caminaban en la dirección en la que ellos se encontraban —¿Cuál es tu plan?— Ben preguntó a su hermano.

—Infiltrarnos— respondió, salió de su escondite y emboscó a los soldados que transitaban. Rápidamente los venció y luego ocultó sus cuerpos. Robó sus ropas y se camuflaron entre los soldados que transitaban por el lugar.

—¿Ahora que?— preguntó Ben una vez se infiltraron a la base.

—Vamos al lugar restringido— Alan siguió su camino sin detenerse —pero a los lugares restringidos sólo tienen acceso pocas personas, así que debemos encontrar a la persona con acceso a ese lugar— sonrió.

—¿Qué planeas?

—Solo haremos que coopere, obtenemos la información que necesitamos y nos vamos.

—Cuenta conmigo entonces— Ben le dio una sonrisa a su hermano y luego continuaron su camino.

Cuando lograron encontrar a la persona que necesitaban, la obligaron abrir la habitación en la que se encontraba la documentación clasificada y después ataron a la mujer a una de las sillas, le taparon la boca para que no alertara a los demás y entonces comenzaron a buscar la información que querían.

Virus Z
Propagación al norte del país. Se logró detener el contagio y afortunadamente se logró concentrar a los infectados en el antiguo mundo.
Son solo siete estados afectados. El resto del país y del mundo está a salvo.
Es importante mencionar que ningún sobreviviente del antiguo mundo puede salir de ahí. El contagio para los demás puede ser letal.
El científico Brian Hamilton, quien es uno de los mejores científicos, se le ha encomendado crear la cura, por eso tendrá que vivir él en el antiguo mundo hasta qué la encuentre.
Solicitando refuerzos armados para la seguridad del doctor Brian, también recursos médicos y alimentos.
Esperando pronta respuesta: Oficial Ernesto Rodríguez.

Esa y una infinidad de cartas más fueron encontradas por los hermanos, tenían que averiguar a qué se referían con eso del nuevo y antiguo mundo. Entonces ellos estaban encerrados en un pequeño fragmento de mundo, junto a muchos infectados, con un loco que quería matarlos, con el loco que tomaría control total del mundo.

—Vamos, Ben— Alan tomó archivos que seguramente ocuparía en el futuro y se propuso descubrir la verdad.

—¿Volveremos a Pandora?

—No— respondió Alan quitándose el traje de soldado que llevaba puesto —Iremos a investigar qué es el nuevo mundo— subió al auto y arrancó.

—¿Y si el loco va a casa?

—Están los demás ahí, Pandora es poderosa, dudo que un solo hombre logre vencerlos. A parte, no tardaremos mucho en volver, según los papeles, no nos encontramos lejos de la frontera entre ambos mundos.

—Bueno— susurró y miró por la ventana.
Tardaron alrededor de 20 minutos en llegar, en se lapso tuvieron que tomar otro auto, ya que el que llevaban se quedó sin gasolina. Al llegar se encontraron impresionados, la barda que rodeaba el lugar e impedía que salieran era muy pequeña, pero estaba supervisada por el ejército las 24 horas del día.
Ningún infectado podía pasar a su mundo y ningún civil no infectado podía pasar a este mundo.

O al menos no uno que quisiera morir.
—Sígueme Tony— susurró el chico cruzando el muro.

Alan y Ben los miraron y luego se miraron entre sí —¿Esos que hacen?— pregunto Ben a Alan.

—No lo se, pero nos servirán de utilidad— respondió Alan y comenzó a caminar en dirección a donde los tres chicos se encontraban ya del lado del antiguo mundo.

NACIÓN Z      [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora