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Todo, ¿fue un sueño?

O es que acaso, ¿este es el cielo?

El sonido irritante de una alarma me despertó. Fuera de la habitación en la que me encontraba había demasiada gente corriendo de un lado para otro.

—Atención— la voz sonaba al mismo tiempo que la alarma —Esto no es un simulacro, el experimento tres ha escapado de su celda. Diríjanse a la sala ocho.

Mi cabeza estallaba de dolor, abrí los ojos con dificultad y me di cuenta que me encontraba en una habitación ajena a la mía.

Miré a todas direcciones, mi cuerpo estaba desnudo y también estaba atado.
Fuera de la habitación se escucharon gemidos agonizantes, también algunos disparos y golpes en el suelo y la pared.

¿Qué pasaba?

La puerta de la habitación se abrió —Aquí estas— habló alguien detrás de mi. —Estuve buscándote por todo el lugar— comenzó a caminar.

Traté de verlo, pero no pude hacerlo —¿Quién eres? ¿Qué es este lugar?
—Soy el número tres— respondió mi primer pregunta —Estamos en el laboratorio del grupo H.

—¿Qué?— cuestioné demasiado confundida. Yo había muerto ese día. Yo me disparé en la cabeza.

—Lo que dije. No hay tiempo de explicarlo ahora, primero tenemos que escapar— tomó unas llaves y me libero.

Yo me levanté de la cama —Gracias— susurré.

—Anda, vamos— me tomó de la mano y me jaló —Ellos no tardarán en encontrarnos.

Yo solo lo seguí sin decir palabra alguna. Por alguna razón me sentía cómoda con ese chico.

Al salir de la habitación me di cuenta de que había un total de cinco hombres muertos en el suelo —¿Tú los mataste?— me detuve y lo miré.

—¿Qué con eso? Ellos son mi enemigo, mata o te matan— respondió y continuó caminando.

Corrimos y escapamos de todos, las instalaciones estaban enormes, cuando al fin dimos con la salida, el chico abrió la puerta con un golpe.

Salimos y el lugar estaba rodeado de infectados —Espera— susurré y me detuve —Ellos nos verán.

—No te preocupes, nosotros somos inmunes a ellos— continuó caminando.

Yo tenía miedo, estaba aterrada. Ellos podían lastimar al chico. Yo debía evitarlo. Me solté de su agarre y lo tomé. Comencé a correr rápidamente y lo llevé hasta adentrarnos al bosque.

Me cuestioné el por qué ellos no nos habían atacado. Habíamos hecho demasiado ruido cuando la puerta se abrió, también cuando él me jaló y me llevó a través de ellos.

El chico se quitó la camisa que llevaba y me la entregó —Ponte esto— yo la tomé y me la puse rápidamente.

—Tenemos que encontrar un lugar para pasar la noche— hablé y comencé a caminar —Pronto anochecerá y ellos son más hábiles en la oscuridad.

—No te preocupes— habló él, caminando detrás de mi —Ya te lo dije, nosotros somos inmunes a ellos.

Me detuve y me giré bruscamente —Mira niño— lo señalé con mi dedo —No se quien eres en realidad. La última vez que estuve despierta fue antes de morir, ¿Sabes lo confundida que estoy ahora?

—Lo se, pero no tienes que preocuparte por ellos, ya que prácticamente somos iguales.

—¿Qué dijiste?

—Somos infectados al igual que ellos. Pero la diferencia entre ellos y nosotros es que nosotros conservamos nuestra capacidad de razonar.

Ahora había recordado que ellos me habían mordido. Entonces ahora era una infectada como ellos, pero conservaba eso que me convertía en un humano normal.

¿Cómo era eso posible?

—Ah— susurré y me giré para continuar caminando —Eso es una ventaja, Supongo.

—Y cuéntame ¿Cómo fue que te infectaste?

—Había salido de expedición con el pequeño grupo de la colonia, los infectados nos acorralaron en un inmueble y uno de ellos me mordió. Después me puse de carnada para que los que quedaban con vida lograran sobrevivir. ¿Y tú?— lo miré.

—Nací en el laboratorio, mi madre era una infectada, pero la asesinaron cuando yo nací. Los científicos siempre decían que era extraño que yo me desarrollara en un vientre que ya no funcionaba, entonces soy como un milagro.

—Y ¿cuántos años tienes?

—Veintiuno— respondió.

¿Qué? ¿Cuántos años habían pasado desde que me convertí?

¿Por qué no recordaba nada de lo qué pasó ahí dentro si había pasado tanto tiempo?

Tenía muchas interrogantes y ninguna respuesta.

Tenía que encontrar respuestas lo antes posible, pero primero tenía que ir al lugar en donde se encontraba la colonia para ver cómo se encontraban todos. Pero en especial mi pequeño Ronny y mi amado Erick.

—Anda, niño— me apuré y caminé más rápido. —Necesito llegar a un lugar.

—Eh, mi nombre no es niño— hizo un puchero.

—¿A si?— lo miré —¿Cuál es?

—Bueno, jamás me dieron un nombre, pero siempre he deseado llamarme Alan así que de ahora en adelante me llamaré Alan.

—Alan es un buen nombre.

—¿Cuál es el tuyo? Los científicos siempre se referían a ti como cero.

—Me llamo Clarís.

—Pues cero suena mejor.

—Entonces llámame como a ti te agrade más.

—¿En serio?— preguntó y yo asentí —Entonces te llamaré cero y no hay forma de que me hagas llamarte de otra forma.

—No me importa como me llames, pero lo que es importante es que tengas respeto hacia mí, porque soy mayor que tú.

El asintió y continuamos caminando a través del enorme bosque.

Al anochecer me di cuenta de que mi vista era perfecta, podía ver todo con claridad. Bueno, creo que he descubierto cosas que los infectados pueden hacer:

1. Los infectados pueden escuchar un ruido a más de cinco kilómetros. Eso ya lo sabía, pero entre más cerca el ruido, es más insoportable para el oído.

2. Mi vista a la luz del día es borrosa, pero al anochecer puedo ver las cosas a mi alrededor, incluso cuando el entorno es oscuro.

3. Mi olfato es casi nulo, pero cuando se trata de carne, hay un instinto que me obliga a querer atacar y comer, incluso cuando no tengo hambre.

4. El dolor, frío, hambre y sed se fueron. Ya era incapaz de sentir todo eso. No veía la necesidad de comer o beber agua.

Llegamos hasta el pueblo más cercano, todo estaba vacío. Llegamos hasta una tienda de ropa, a la cual entramos y tomamos algunas prendas para cambiarnos y estar más cómodos.

Como la luz del sol me lastimaba la vista a mi y al chico, decidimos usar lentes oscuros, eso ayudaba a ver mejor durante el día.

Continuamos nuestro camino después de cambiarnos la ropa. El lugar en el que se encontraba la colonia estaba retirado, así que nos tomó tres días y cuatro noches llegar.

Una vez estando ahí miré el gran avance que mi amado Erick y los otros habían logrado. La colonia dejó de ser la colonia y se convirtió en el lugar más seguro de todos.

NACIÓN Z      [EDITADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora