CAPÍTULO 77

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Tan pronto como Eren entró en el pasillo, vio a su hermano menor, quien estaba arrodillado. El muchacho frotaba sus manos con nerviosismo, incapaz de levantar la mirada del suelo, la presencia de Carla siempre lograba amilanarlo.

- Madre, has vuelto. – hablo Eren finalmente, tratando de menguar el incómodo silencio.

La mujer levantó la mirada, dispuesta a sermonear al mayor de sus hijos, pero al ver el rostro magullado su rostro se llenó de sorpresa.

- ¿Cómo te lastimaste? ¿Quién lo hizo?

Eren dio un ligero vistazo a Jean, quien permanecía tras el. - La familia Fubar contrato a un par de matones. – suspiró. – ellos estaban dispuestos a matarme, uno de ellos logró apuñalarme. – señaló su hombro vendado.

La expresión de Carla cambió tras oír las palabras de Eren. - ¿Te apuñalaron? ¡¿Cómo se atrevió la familia Fubar a hacer esto?!

La mujer tomó a Eren de la mano y lo sentó con suma delicadeza, revisó cada corte y moretón en su rostro. - ¿Qué te dijeron los médicos? ¿La herida fue profunda? ¿Sientes dolor?

Arrodillado en el suelo, Ren observó el rostro angustiado de Carla, solo bastaron unos segundos para entender el cariño y amor inmenso que sentía la mujer hacia su hermano, apartó rápidamente la mirada tratando de ocultar las lágrimas que poco a poco se iban formando en la comisura de sus ojos.

- Madre, usted más que nadie sabe que hemos dejado pasar muchas faltas a lo largo de los años, pero esta vez no solo han ido contra la empresa, ahora buscan matarme. – apretó los puños con fuerza. - Quiero resolver esto personalmente.

El rostro de la mujer reflejaba ira. – Pude haberlo destruido hace años, el maldito de Uri estaría pudriéndose en estos momentos en la cárcel, pero tu padre siempre abogó por el, pero ahora ¡No pienso quedarme de brazos cruzados! ¡No cuando mi hijo está en peligro! – la mujer se acercó a Jean haciendo resonar sus tacos sobre el frio suelo de madera. – Quiero que a partir de ahora todas las empresas a nombre de la familia Fubar sean estrictamente investigadas, no quiero ni un solo error Jean. – Kirstein asintió sin más, el había aceptado ayudar a Eren no podía dar marcha atrás, la guerra estaba a punto de empezar.

- Eren. – la voz de Carla resonó. – No te detendré esta vez hijo, haz lo que tengas que hacer. – La mujer tomó su pequeño bolso y salió, dejando un inmenso silencio.

- Esta bien madre. – susurró con un extraño brillo cubriendo sus ojos.

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El día no pudo ser peor, una gran ventisca cubría cada tramo de la ciudad, pero aquello no impidió que Levi regresara a aquel oscuro callejón, con paraguas en mano fue en busca del reloj, con cada paso que daba pudo observar pequeñas gotas de sangre, las cuales se hacían cada vez más imperceptibles debido a las gotas de agua, cuando estaba a punto de darse por vencido encontró el pequeño objeto, el cual estaba ligeramente cubierto por hojas secas.

Los ojos del pelinegro se abrieron en sorpresa al reconocer el patrón y el logotipo de la marca.

Efectivamente, aquel reloj le pertenecía a Eren, estaba completamente seguro de ello.

Levi guardó el reloj en uno de los bolsillos de su abrigo y salió del callejón en dirección al hotel. Recordó brevemente la conversación que dos mujeres tenían el día anterior, al parecer el hombre de "ojos bonitos" había sido apuñalado.

- Eren está herido. – murmuró, aquello no debería importarle, pero su mente y su corazón no estaban de acuerdo con ello. Tan perdido iba en sus pensamientos que no notó el cambio de color del semáforo, ni mucho menos las luces del auto que avanzaban a gran velocidad.

Loto Negro- Ereri (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora