CAPÍTULO 44

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Mirando la puerta cerrada sin comprender, Levi dio un paso atrás mirando los fragmentos de la jarra rotos en el suelo, se arrodilló para recogerlo, pero al estar distraído se cortó, Levi quedo en trance al ver como la sangre empezaba a gotear, recordándole aquel fatídico episodio que vivió en aquel callejón.

Levi caminaba despreocupadamente por aquellas calles solitarias, cuando escucho unos pequeños quejidos provenir de un callejón, su curiosidad pudo más instándole a seguir dicho ruido, jamás se le paso por la cabeza encontrar a Eren con moretones y los brazos ensangrentados a punto de perder el conocimiento, dio un paso adelante con miedo para ayudar al herido a cubrir la herida, pero la sangre seguía fluyendo, el castaño se encontraba atontado a punto de quedarse dormido, Levi solo podía tratar de animarlo para que siguiera consciente.
Presa del pánico con sus manos temblando sacó su teléfono móvil y marcó al 120 para pedirles ayuda y poder salvar a la persona que tenía a su lado.
De repente, al escuchar sonidos el pelinegro rápidamente se dirigió al final del callejón, sus ojos se abrieron del susto al ver como aquellos hombres cada vez se acercaban más a ellos y el miedo de ser encontrados inundo todo su ser, giro la cabeza para ver al castaño, quien había caído en la inconsciencia, de pronto una idea surgió en su mente, era precipitada y talvez suicida, pero en ese momento Levi solo quería mantener a salvo a Eren, sin saber que dicha decisión haría que experimentara cosas realmente terribles y dolorosas.

Cuando despertó en aquella cama de hospital sintió un horrible punzón en todo su lastimado cuerpo, levantó la mano para tocar su collar, pero descubrió que este no estaba, finalmente no pudo más y se rompió, un llanto desgarrador surgió de su garganta, el último recuerdo de su madre no estaba ahí para consolarlo, finalmente sus emociones se habían derrumbado.
Si el doctor Reiss no hubiera aparecido en ese entonces, tal vez habría perdido la cordura.

Levi seguía perdido en aquellas gotas rojizas que caían al suelo formando un pequeño charco.

-Pensé que estaba perdido... pensé que lo había perdido... Resultó que todo este tiempo siempre estuvo con Eren. -murmuro para sí mismo mientras una pequeña sonrisa surco sus delgados labios.

¿Por qué Eren se quedó con el collar... por qué lo miraba con tanta nostalgia? -Levi se hacia esas interrogantes, de repente entendió el porqué. -Todavía tienes recuerdos de aquel fatídico día ¿Verdad?, lástima que no me recuerdes a mí.

Los fragmentos que tenía en la mano cayeron al suelo sin sujetarlos, Levi los recogió apresuradamente y los tiró al tacho de basura.
Se puso de pie, se apoyó contra la pared y respiró, con los ojos llenos de consternación y conmoción.

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Eren se encontraba sentado en el sofá mirando por la ventana con irritación, cerró los ojos perdiéndose en sus pensamientos, últimamente Levi actuaba de forma hosca e indiferente hacia él.

Tomó la computadora a un lado, la abrió y se comunicó con Connie, para verificar la situación actual de la compañía, de un momento a otro la puerta se abrió, Eren levanto la mirada y al notar que era Levi simplemente continuó mirando los archivos en la computadora.

Levi encendió la pequeña lámpara junto a su cama y se acostó de espaldas a la persona que se encontraba en el sofá. La habitación estaba muy silenciosa, tan solo se escuchaba el sonido del teclado.

La luz de la luna brillaba a través de las enormes ventanas, su belleza excepcional asombraría a más de uno, menos a aquellos dos hombres en aquella silenciosa habitación que se mantenían perdidos en sus pensamientos.

Aunque las manos de Eren se encontraban escribiendo, su mente se encontraba en un limbo de emociones sin saber cómo actuar, mientras que la persona acostada en la cama trataba de alejar aquellos pensamientos dañinos que lo atormentaban cada noche.

Loto Negro- Ereri (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora