CAPÍTULO 41

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Yasu bajó las escaleras y se dirigió hacia Jean dando una pequeña reverencia.– Joven Kirstein su habitación ya está lista, puede ir a descansar.

-Muchas gracias Yasu. - Jean apagó la computadora y se dirigió a las escaleras, al pasar cerca a Eren, le dio una palmada en el hombro y dijo con seriedad. -Espero que desde hoy hagas las cosas bien, no la embarres más Eren.

El castaño no dijo nada, simplemente siguió con la mirada a Jean hasta verlo perderse por las escaleras. Luego de unos minutos Eren decidió levantarse del sofá y dirigirse a la habitación del pelinegro, caminó lentamente hacia la puerta dudando en que, si debería tocar o abrir directamente la puerta, finalmente opto por la segunda opción.

-Tú..... ¿Por qué estás aquí? -Levi se sorprendió al ver ingresar al de cabellos castaños a su habitación.

Eren levantó la mirada y observo a la persona frente a él, sin hablar.

El pelinegro acostumbrado al comportamiento apático de su esposo decidió guardar silencio, pasaron los minutos y el ambiente era cada vez más asfixiante.

- Eren ¿vas a dormir aquí hoy? Si es por tu madre no tienes porque hace...

-¡Cállate! -La expresión de Eren cambió repentinamente, abrió la puerta del balcón y salió, cerrando la puerta de vidrio con fuerza.

Ya debería estar acostumbrado a eso¿Verdad? Debería...pero de igual manera dolía.

¿Qué esperaba?... ¿Por qué vendría a su habitación por iniciativa propia?... La tristeza en sus ojos fue reprimida, con movimientos lentos y pesados destapó la cama y se acostó, encendió la pequeña lámpara al lado de la cama, era un pequeño ritual que realizaba cada noche, al menos ese pequeño rastro de luz iluminaba sus más tetricas pesadillas.

Poco a poco sus párpados se cerraba, quizás fue por el dolor de cabeza que inmediatamente quedo dormido.

Era temprano en la mañana y la temperatura exterior era muy fría, Eren se estremeció por el viento frío, finalmente abrió la puerta y regresó a la habitación.

Al ver que Levi ya estaba dormido, se molestó aún más, realmente odiaba esa aura de paz que energía de aquel pequeño cuerpo, cuando se acercó a la cama a punto de despertarlo, el pelinegro empezó a susurrar su nombre, Eren se sorprendió era la segunda vez que Levi lo llamaba en sus sueños, el castaño permaneció varios minutos observando al pequeño pelinegro dormir, no pudo evitar tocar con delicadeza aquellos cabellos azabaches que se pegaban a la frente ajena, de la nada a su mente llegaron las palabras dichas por Jean ¿Realmente estaría equivocado?

Finalmente retiro su mano y se dirigió al baño, hoy había sido un día realmente agotador, tener que soportar a su madre y su insistencia de permanecer junto al pelinegro realmente lo estaba irritando en demasía, ya duchado salió y dio una ligera mirada al cuerpo durmiente del pelinegro, antes de dirigirse al sofá donde quedo profundamente dormido.

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La luz del sol brillaba a través del vidrio y sus cálidos rayos golpeaban a la persona que dormía en el sofá, Eren movió levemente las pestañas mientras sus orbes esmeraldas se acostumbraban a la luz del día, se frotó el cuello y se puso de pie, se preguntó dónde estaba y miró a la persona en la cama.

Levi seguía durmiendo tranquilamente, su cabello azabache brillaba debido a los pequeños rayos de luz que se colaron, su pequeño cuerpo acurrucado en la colcha lo hacían lucir realmente tierno.

Eren se acercó y miró detenidamente cada una de las facciones del más bajo de repente extendió la mano incontrolablemente y tocó los mechones azabaches de aspecto suave, cada vez se le hacía costumbre hacerlo.

Loto Negro- Ereri (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora