Satella miró con profunda preocupación a Subaru, quien yacía inconsciente en medio del frondoso bosque. La joven conjuró su magia, creando una barrera protectora a su alrededor para mantenerlos a salvo de cualquier peligro. Se arrodilló junto a él, tratando de despertarlo con delicadeza."Subaru-sama, por favor, despierte", susurró Satella, su voz llena de angustia. Acarició suavemente la mejilla de Subaru, esperando ansiosamente una respuesta. "No sé qué te ha sucedido, pero necesito que vuelvas. Estoy aquí contigo".
Después de unos momentos tensos, Subaru comenzó a moverse lentamente y abrió los ojos. Al encontrarse con la mirada preocupada de Satella, un sentimiento de alivio se apoderó de él.
"Satella... ¿qué ha pasado?", preguntó Subaru, aún sintiéndose débil y confundido por lo ocurrido.
"Estabas inconsciente, Subaru-sama. Me preocupé muchísimo por ti", respondió Satella, su voz llena de sinceridad y alivio. "He creado una barrera mágica a nuestro alrededor para mantenernos a salvo. Pero necesitamos descubrir qué te sucedió y cómo podemos ayudarte".
Subaru se levantó con la ayuda de Satella, agradecido por su cuidado y apoyo. Observó su entorno, intentando recordar qué había ocurrido antes de desmayarse.
"Satella, estoy seguro de que algo extraño está sucediendo en este bosque. Puede que haya una fuerza maligna en juego", dijo Subaru con determinación. "Necesitamos investigar y encontrar respuestas. Pero primero, asegurémonos de que estemos a salvo".
Satella asintió con resolución, mostrando su apoyo inquebrantable. "Estoy contigo, Subaru-sama. Juntos, encontraremos la verdad y superaremos cualquier obstáculo que se presente".
Impulsados por su determinación, Subaru y Satella se adentraron aún más en el misterioso bosque, explorando cada rincón en busca de pistas sobre lo que había causado el desmayo de Subaru. A medida que avanzaban, descubrieron criaturas mágicas y se encontraron con seres misteriosos que parecían tener conocimiento sobre el incidente.
Durante su travesía, Subaru y Satella se apoyaron mutuamente, compartiendo risas, conversaciones y momentos de calma en medio de la incertidumbre. A medida que profundizaban en su relación, los términos "Subaru-sama" y "Satella-chan" se convirtieron en símbolos de respeto y cariño, fortaleciendo el vínculo que existía entre ellos.
Mientras exploraban el bosque, descubrieron que había fuerzas oscuras acechando en la sombra, buscando aprovechar la energía mágica del bos