Trascendencia

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Capítulo 1: El Mundo rroto

El sol se alzaba en el horizonte, pintando el paisaje rural con tonos dorados mientras Seijin Kaunto, un niño de cabello oscuro y ojos penetrantes, acompañaba a su madre, Raiza Kaunto, en la tarea de pastorear el ganado en su pequeña granja. Ajeno al mundo exterior, Seijin vivía en un refugio de calma y paz, ajeno a los oscuros secretos que el destino le deparaba.

Un día, el silencio del campo se vio interrumpido por el ensordecedor rugido de helicópteros que surcaban el cielo. Seijin y Raiza se detuvieron, perplejos, mientras las máquinas militares descendían rápidamente hacia ellos. Soldados armados irrumpieron en la granja, atrapándolos en una red de sorpresa y confusión.

Raiza, con el corazón latiendo aceleradamente, empujó a Seijin hacia un arbusto cercano, susurrándole con voz entrecortada: "Seijin, mi hijo, debes esconderte. No importa lo que ocurra, mantente a salvo". Seijin asintió, sin entender completamente la gravedad de la situación, y se ocultó entre la maleza, observando en silencio cómo los militares capturaban a su madre y acababan con su vida.

Seijin se encontraba aún en estado de shock, mirando la escena sangrienta frente a sus ojos. Los disparos resonaron en el aire de forma continua hasta que, finalmente, un silencio sepulcral envolvió el lugar. El niño dejó escapar un grito desgarrador y salió corriendo de su escondite directo hacia su madre. Los militares, alertados, entraron en acción de inmediato.

Seijin se arrodilló junto al cuerpo sin vida de Raiza, sosteniendo su mano ensangrentada. El dolor y la ira lo inundaron mientras miraba a su madre con lágrimas en los ojos. No podía creer lo que había presenciado. Su mundo se había desmoronado en un instante.

Sin embargo, su desesperación se vio interrumpida por una neblina oscura que se materializó frente a él. Seijin levantó la vista y se encontró con un militar enmascarado que lo sostenía del cuello. Aquel soldado había utilizado su habilidad de teletransportación para interceptarlo.

En un acto desesperado, Seijin mordió la mano del soldado, tratando de liberarse. Sin embargo, fue rápidamente sometido y arrojado al suelo. A pesar de su dolor, Seijin se dio cuenta de que tenía una oportunidad para escapar. Concentrando todas sus fuerzas, utilizó la misma habilidad de teletransportación que el soldado y se transportó a un lugar más alejado.

La sorpresa y el desconcierto invadieron a los militares al ver cómo Seijin replicaba su habilidad. Era evidente que se encontraban frente a un individuo peligroso, capaz de copiar las habilidades de los demás. Las órdenes se transmitieron rápidamente entre ellos: "Encuéntrenlo y elimínenlo. Es una amenaza para nuestra operación. También informen al jefe de nuestro hallazgo. Entendido".

Seijin se encontraba ahora solo, lejos de la granja y sin saber a dónde dirigirse. La tristeza y la rabia se mezclaban dentro de él, formando un fuego ardiente que alimentaría su determinación. Sabía que no podía quedarse escondido, que debía enfrentar a aquellos que le habían arrebatado a su madre. Con el poder recién descubierto ardiendo en su interior, Seijin se preparó para un viaje lleno de peligros y descubrimientos, donde se convertiría en algo más que un simple niño... se convertiría en un villano temido.

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