En este one-shot te lo revelamos. Originalmente, los monstruos y criaturas de distintas razas eran nativos del mundo y vivían en sus propios territorios. No codiciaban lo que los demás tenían y simplemente sobrevivían día a día. Sin embargo, todo cambió con el nacimiento del primer héroe de la humanidad. Este héroe poseía habilidades sobrenaturales y estaba respaldado por un dios desconocido. Decidió que los monstruos eran una amenaza y, por su propia cuenta, comenzó a erradicarlos, atribuyendo todos los males del reino a ellos. Los monstruos se defendieron, lo que desencadenó una campaña de guerra en la que las otras razas fueron demonizadas y tachadas de malvadas.
Pronto, más héroes fueron convocados como cartas de triunfo para los imperios y reinos humanos, quienes no escatimaron en atacar los territorios de las razas, llevándose la gloria en cada conquista. Sin embargo, las cosas comenzaron a cambiar. Los monstruos estaban perdiendo terreno, y las razas diversas eran consideradas inferiores ante los humanos. Un día, las esperanzas parecían desvanecerse para los monstruos. No había un dios que los apoyara, no había esperanza para ellos por ser diferentes. Los humanos, por otro lado, se fortalecían más y más. Pero el poder los corrompió. Comenzaron a pelear entre sí por los territorios que habían arrebatado, y los monstruos fueron vistos como simples criaturas sin conciencia, utilizadas para extraer materiales y mano de obra.
Los enanos eran considerados meros herreros, los elfos vistos como sirvientes con vidas longevas, y los semi-humanos eran tratados como animales. Desde las profundidades, un ser emergió. No era ni humano, ni monstruo, ni nada parecido a las demás razas: era el primer demonio evolucionado. Este ser reunió a un grupo de monstruos y los acogió bajo su ala. Los monstruos comenzaron a llamarlo "Señor Demonio". Pronto, en todos los reinos, surgieron más Señores Demonio. Sin embargo, al enterarse de esto, los humanos pidieron a los dioses más poder para erradicar el mal. Más héroes y transmigrados fueron invocados, arrasando con el territorio demoníaco.
Una vez más, los monstruos perdieron la fe. Solo podían refugiarse en tierras áridas que ni los humanos deseaban, ocultándose y viviendo con miedo. Pero un día, el mundo vio nacer al mal de los males: un héroe corrompido por el dolor, un nombre temido por los humanos. La llegada del "Héroe Loco" marcó una nueva era. Este héroe demostró tener el poder suficiente para hacer que todos los humanos temieran su existencia, y eventualmente, los héroes de cada reino fueron asesinados por él. Para los monstruos, la esperanza y la oportunidad de redención habían llegado una vez más. Sin darse cuenta, fueron atraídos por su fuerza y poder, y lo llamaron Enmu, el auténtico Rey Demonio. Donde él iba, la victoria estaba asegurada.
Así, los monstruos comenzaron a recuperar sus territorios, y su lealtad al Héroe Loco creció cada vez más. Se dieron cuenta de que él buscaba algo, y le preguntaron qué era. Él respondió: "Una niña". Los monstruos y demonios no lo pensaron dos veces y redoblaron sus ataques, secuestrando a jóvenes y niñas de todos los reinos humanos para ofrecérselas como tributo. Sin embargo, el Héroe Loco no mostraba cambios. Cuando le preguntaron nuevamente, él respondió: "Quiero matar a los dioses".