¿Quién es el héroe impuro? En este one-shot, desvelaremos su siniestra historia. Saito Kimura era un marginado social, despreciado por todos, cuyo triste destino lo llevó a una muerte patética, solo y humillado, mientras buscaba placer en su soledad. Pero su muerte no fue el final. Fue recibido en el más allá por la diosa de la pureza, quien, al ver su alma corrupta, lo condenó a un destino aún peor: la reencarnación con un poder repugnante y prohibido.
El mundo, al reconocer su abominación, lo repudió. La iglesia lo declaró hereje, y el reino lo desterró, temiendo lo que podría desatar. Pero Saito no se rindió. En las sombras, comenzó a reclutar a los desechados por la sociedad, aquellos con habilidades oscuras y razas malditas. Los convirtió en un ejército de almas torturadas, listas para seguirlo hasta el fin del mundo. Cada uno de sus seguidores encontró en él un propósito perverso, y juntos se unieron a la facción del dios Enmu, el dios del caos, donde Saito encontró el escenario perfecto para llevar a cabo sus retorcidos experimentos.
Los logros de Saito Kimura son nada menos que catastróficos. Con una mente tan afilada como perversa, logró replicar una bomba nuclear, una arma de destrucción masiva capaz de aniquilar ciudades enteras en un parpadeo. No satisfecho con esto, combinó la magia con la tecnología moderna, creando armas que el mundo nunca había visto: cañones que disparan hechizos malditos, espadas que drenan la vida de sus víctimas, y armaduras que corrompen a quienes las llevan.
Pero lo más aterrador de su legado son las armas biológicas, criaturas retorcidas que liberan plagas y enfermedades incurables, diseñadas para prolongar el sufrimiento de sus enemigos antes de finalmente matarlos. Saito es también el arquitecto de la temida facción de sirvientas repartidoras de muerte, jóvenes mujeres entrenadas en artes oscuras, que disfrazadas de inofensivas sirvientas, llevan la muerte a cualquier puerta, sin importar cuán fortificada esté.
Su ascenso al poder fue rápido e implacable. En poco tiempo, innovó la ciudad de Amén, convirtiéndola en una fortaleza del mal, donde el dolor y la desesperación son moneda corriente. Estableció la jerarquía de Amén, y, en reconocimiento a su genio oscuro, ocupó el duodécimo asiento entre los 13 antecesores, aquellos conocidos por ser los más temidos y respetados en la facción del dios Enmu. Ahora es conocido como el sucesor del conocimiento, un título que evoca tanto respeto como terror, pues en su mente reside el poder para desatar el fin del mundo.
El nombre de Saito Kimura se ha convertido en una maldición, un susurro temido incluso por los más valientes. No busca el dominio ni la gloria; su único deseo es el sufrimiento de todos, para que el mundo conozca el verdadero significado del dolor.
