Imagina que te encuentras en un limbo emocional, lleno de dudas, lágrimas y vacío sin respuestas y recibes un llamado desde otro continente para anunciar la muerte trágica de un ser querido...
Imagina que la pérdida de tus padres, no solo traería so...
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GIUDITTA RUGGIERO
—Per favore, fratello... prometo no llamar muy tarde. Quiero disfrutar la salida de hoy y si quiero eso, sabes que no puedo llevarme el auto —puse mi mejor cara del gato con botas
«Por favor, hermano»
Exhaló el aire que había contenido —Estoy muy cansado hoy... ¿podrías salir mañana? Prometo llevarte e incluso si quieres me quedo...
—¡Giovanni! Hoy Zero tiene especial full latino —me quejé
—Zero es una disco latina, Giuditta... está más que obvio que habrá especial latino...
—No entiendes, hoy no solo es la música, también habrá 2x1 en latinos, así que podré usar mi español... —seguía quejándome—, sabes que solo salgo una o dos veces cada tanto, por favor, lo necesito
Hubo silencio por un par de minutos mientras Giovanni caminaba alrededor de la oficina que tiene en casa
—Está bien —respondió resignado—, pero no me gustaría que fueses sola, en ese tipo de promociones, siempre hay la posibilidad de que te topes con algún enfermo
—¿El gruñón de mi hermano irá? —sonreí al saber que luego de tanto tiempo mi hermano estaba dispuesto a salir una noche
—Sí —puso los ojos en blanco—, pero no iré solo, hablaré con Enzo
—¡Wooo hooo! —celebré— me encanta, tendré los guardaespaldas más guapos de todo el lugar...
—Bien, intentaré resolver unos asuntos, hablaré con Enzo y espero que a las ocho estes lista
—Claro que sí, cuenta conmigo...
Organicé mi tiempo en la semana, había prometido decirle a Giovanni que estaría más activa en el viñedo, quería ayudarlo y liberarle un poco de carga que tenía desde que ocurrió el accidente. Las horas volaron, escogí mi outfit, total black, compuesto por un enterizo de short, con un escote corazón y un blazer a juego, el toque de color fueron mis zapatos y labios, con un rojo vino. Me peiné con una cola alta y agregué accesorios sutiles, hacía algo de frío, pero la verdad es que sabia que en el lugar el ambiente estaría cálido.
—Entonces, a esta pequeña le debemos el honor de que Giovanni salga de su casa —escuché una voz que conocía perfectamente al final del pasillo
—Si hubiésemos apostado, apuesto que esos cien euros hubiesen servido esta noche Enz —sonreí mientras lo abrazaba— ¿cómo estás?
—Bien principessa ¿y tú? —respondió mientras besaba mi frente