Imagina que te encuentras en un limbo emocional, lleno de dudas, lágrimas y vacío sin respuestas y recibes un llamado desde otro continente para anunciar la muerte trágica de un ser querido...
Imagina que la pérdida de tus padres, no solo traería so...
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GIOVANNI RUGGIERO
—Hey... mírame —susurró mientras enlazaba sus manos con las mías—, vamos, cálmate... todo tiene solución ¿sí?
Busqué con mis ojos su mirada, mientras mis músculos tensos se relajaban, los latidos disminuian e intenté volver a tener el control.
—Nada de violencia grandulón... —habló tan bajo que me envolvió en su dulzura, hasta que mi hermano habló
—Y así es como se doma a la bestia —soltó Enzo entre risas
—Enzo... —Gin lo amenazó sin dejar de mirarme, pero la furia volvió
—Permiso —dije con la ira a flor de piel apartando a Ginevra de mi camino, sin medir la fuerza que usaba
—Nino, por favor... eres luz... no oscuridad... —mi hermana habló usando el apodo que me tenía desde niña y aparte mi mirada de Gin para poder observarla
—Hermano... la lastimaste... —esta vez fue Enzo quién habló
—Nino... eres luz, no oscuridad... —repitió e intenté luchar contra la rabia que me invadía
—¿Para eso quieres casarte con ella? —masculló Fabio— ¿Para lastimarla?
Alejé la niebla que me había invadido y voltee a mirar donde encontraba Gin, estaba en el piso, mi hermana se había movido a ayudarla, intenté caminar hacía ella, pero Fabio y Enzo bloquearon mi camino
—Quitense —advertí
—No dejaré que la toques, es lo único que me queda en esta vida... como mi jefe te respeto, pero como hermano de Ginevra no tengo ninguna responsabilidad contigo
—Sabes cuanto te quiero, pero... cuando entras en modo combate no mides nada... por seguridad de Gin deberías replantearte o del matrimonio
—Ustedes no se van a interponer en mis decisiones...
—Dejenlo, no fue su culpa —intervino Gin ubicándose en el medio de nosotros—. No supe manejar la situación...
—No es tu culpa pequeña —habló su hermano
—Fabio... —se giró hacía él— creeme que te amo, en este tiempo tan corto he logrado encontrar en tí muchas cosas que creí que no existían, tu cuidado, tu atención... esto —se acercó y abrazó a Fabio—, esto no cambiará... seguiremos estando juntos...
—Podría matarte...
—Tú también podrías hacerlo —intervino Ditta—, tienen el mismo entrenamiento, también podrías hacerle daño
—Jamás lo haría —se giró hacía mi hermana
—Claro, tú no lo harías pero Nino si... —sonaba dolida
