Imagina que te encuentras en un limbo emocional, lleno de dudas, lágrimas y vacío sin respuestas y recibes un llamado desde otro continente para anunciar la muerte trágica de un ser querido...
Imagina que la pérdida de tus padres, no solo traería so...
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GIOVANNI RUGGIERO
Una peste invadió mis fosas nasales, al mismo tiempo que escuchaba ruidos al rededor y sentia algo caminando por encima de mí. Estaba aturdido, desorientado, un zumbido hizo que abriera mis ojos de inmediato
—Ma che cazzo —pero que mierda, mascullé
Me encontraba en medio de un basurero, entre ratas, moscas y lo que parecía heces de no se qué. Me puse de pie, aun con el dolor recorriendo todo mi cuerpo, analicé mis heridas, sin duda necesitaba limpiarlas si no queria atravesar algun tipo de infección en ellas. Caminé fuera del vertedero de basura, a un par de metros y vi un monton de personas caminando, era una especie de barrio, pero no logré descifrar en donde, así qué caminé entre las personas intentando encontrar a alguien que no huyera de mi aspecto para pedir ayuda.
—Disculpe... hey —llamé a un señor de unos cuarenta y tantos quien arrastraba una carrucha con frutas
—No hago donativos a extranjeros —replicó sin detenerse, así que corrí
—Hey... no, no necesito un donativo —me planté a su lado
—Lo que necesitas es un baño y quizás un hospital —me miró de arriba a abajo
—¿En dónde estamos? —pregunté
—Tu, por lo que veo estas saliendo de un lio, yo estoy haciendo mi trabajo, en la costa del Mar Negro
—¿Turquía? —dije fuera de mi
—Trebisonda para ser más especificos —tomó su carrucha de nuevo y continuó su camino
—Hey... hey... —corrí al caer en cuenta que la Cosa Nostra siempre enviaba la basura de la que no se quería encargar a los Turcos
—Chico, resuelve tu problema, necesito trabajar y quiero mantenerme alejado de lo que sea que te dejó en ese estado
—Trabajaré para ti —solté y su mirada se entrecerró en mi dirección—, apuesto a que no te gusta estar recorriendo el lugar, yo lo haré trabajaré para ti
—No necesito un empleado, necesito dinero...
—Lo haré a cambio de un techo y algo de comida —necesitaba poner todo en orden antes de poder actuar, puede que para este momento ya la mafia turca este al tanto de mi no solititada visita en su territorio
—No quiero problemas chico... y tu claramente eres uno —soltó mientras daba un nuevo repaso a mi aspecto
—No te traeré problemas, lo prometo, solo necesito sobrevivir —el hombre suspiró
—Muy bien, sigueme —aceptó finalmente
Caminé con el atravesando un par de calles, hasta llegar a un galpón donde había un acceso a unas escaleras. Dejo su carrucha de frutas y siguió en esa dirección