Imagina que te encuentras en un limbo emocional, lleno de dudas, lágrimas y vacío sin respuestas y recibes un llamado desde otro continente para anunciar la muerte trágica de un ser querido...
Imagina que la pérdida de tus padres, no solo traería so...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
GIOVANNI RUGGIERO
Gritos por todo el lugar, personas corriendo llenas de pánico, una nueva ráfaga de disparos, seguidos de eres total. Mi mente solo podía pensar en una sola persona...
Ginevra
—¿Asustado? —alardeo Dubois—, apuesto a que Ginevra estará feliz de que le de un tour por Europa...
—Estas jodido —mascullé entre dientes—, si la tocas considérate hombre muerto
Un grito...
Su grito...
—¡Dejáme! ¡No me toques! P-por favor... —se ahogó en un sollozó y mi instinto asesino se puso a flor de piel
—¡Al suelo! —lo torturaría por cada segundo que tardó en llegar...
Aproveché la entrada heroica de Enzo, para sacar mi arma y con un movimiento rápido dispararle en la pierna a Dubois mientras este intentaba inmovilizarse con una de sus navajas en la mano.
—No somos tan idiotas como tú, Dubois, estás en mi territorio
—¡Aghhh! maldito Ruggiero, pagarás con su sangre —escupió, mientras más hombres se acercaban
—Ve por ella —gritó Enzo mientras daba órdenes a nuestros hombres de encargarse del resto de los tipos de Dubois
Corrí atravesando el lugar hasta llegar al área Delux, escaneé todo el lugar, pero estaba vació...
Es mi culpa, no debí traerla
—¡Ya por favor! ¡No m-más...! —la rabia me consumía mientras la sangre, mientras escuchaba los sollozos
—Si te quedas quieta, prometo que lo disfrutaras chiquita—una risa asquerosa explotó y seguí el sonido de los quejidos y llanto hasta uno de los baños de servicio
Mis ojos tardaron unos minutos en acostumbrarse a la falta de luz del lugar. Una vez dentro, tomé mi arma con firmeza y caminé de forma cautelosa siguiendo el sonido. Vi el último cubículo con la puerta abierta.
—¡¡¡Madita!!! ¡me rasguñaste!
—¡Nooo! ¡noo...! —lo próximo que escuché fue un golpe secó y un gritó ahogado de Gin
Aceleré el paso y una vez detrás de infeliz que la tenía acorralada, la vi... Estaba acorralada, con las manos en la cara, mientras que el maldito enfrente de ella tenía los pantalones en las rodillas y sus manos en su cabello, estaba intentando obligarla a que le diera una mamada, mi vista se nubló. Disparar no era una opción, Gin estaba muy cerca y aunque mi puntería era perfecta, no quería arriesgarme a fallar.