Imagina que te encuentras en un limbo emocional, lleno de dudas, lágrimas y vacío sin respuestas y recibes un llamado desde otro continente para anunciar la muerte trágica de un ser querido...
Imagina que la pérdida de tus padres, no solo traería so...
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NATASHA BYKOV
¡Dios!
Claro que estaba evidentemente pasada de tragos, aunque aún conservaba un poco de cordura entre mis quince o dieciséis mojitos, estaba un poco más libre, algo así como ligera. No me gustaba el alcohol y mucho menos las fiestas, pero cuando me encontraba de nuevo en una situación como estas, optaba por la solución segura, embriagarme hasta que el evento haya pasado y yo pueda volver a la realidad.
—Enzo... —gemí al caer de espaldas contra el colchón de la habitación
—Repetirás mi nombre, cuando esté dentro de ti —Santo padre, este hombre estaba realmente duro
—Creo que hay un poco de mojito por acá —pasé mi dedo de forma juguetona por mi abdomen bajo
—Creo que debo encargarme de eso —sonrió con lujuria
Hizo lo prometido, tiró de mis pies para llevarme hasta el borde de la cama, para luego ubicarse entre mis piernas y comenzar el recorrido de su lengua, desde mi ombligo, hasta mi zona sensible.
—¡Svyatoy otets! —exclamé al sentir su lengua entrar en mi
—Ningún Padre, ningún Santo, cara mia... —dijo mientras lamia— es mi nombre el que debes decir, esta y todas las veces que te haga gritar de placer
—Enzo... —era más una súplica que cualquier otra cosa— no pares...
—Esto es apenas la antesala, ponte cómoda
Este hombre sabía como hacerme perder la cabeza
Pero...
Es solo sexo ¿verdad?
Aquí no hay nada más
Cero sentimientos
—Estoy... ¡ohhh! —estaba punto de llegar al clímax
—Vamos cara mia, derrítete en mi lengua
Eso fue lo que ocurrió, tuve mi primer orgasmo mientras él saboreaba cada gota de mi.
—Ya veo que realmente eres hábil con la lengua —me burlé mientras se colocaba de pie, dándome una vista completa de su cuerpo esculpido por los mismos dioses y de su polla que parecía que iba a estallar— y no solo funciona para decir estupideces
—Quiero seguir probándote, pequeña demonio, porque sabes exquisitamente angelical
Tomé aire un momento, podría ser todo en esta vida... pero no angelical... no luego de lo que había vivido y lo que había sido de mi vida después de aquella fiesta.
—¿Algo anda mal? —preguntó ante mi silencio
—Nada —respondí mientras los mojitos iban subiendo a mi cabeza