23. NO QUIERO

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FABIO DI FRISCO

—¿Qué ocurrió? —bajé del jet directo al deportivo que me esperaba y fui directo al ático

—Jefe —Alek se levantó y saludó estirando su mano

—Necesito los detalles —respondí el saludo estrechando su mano

—Investigué las cámaras de seguridad de la SUV y el vehículo nos interceptó a unos cinco kilómetros de la villa. Me comuniqué con uno de nuestros hackers y las cámaras de la ciudad lograron captar a un par de hombres identificados dentro de la nómina de Dubois... Ellos no contaban con que redoblamos la seguridad, pero...

—¿Pero?... —agregué ante su silencio

—Había otros de ellos esperando a un par de metros de la Villa... me temo que aún tenemos algunos infiltrados... Jefe, estos hombres se hicieron pasar como proveedores y estuvieron en la empresa, nos están siguiendo los pasos de cerca.

—Llama a tu hermano y a su escuadra, los necesito en Italia en menos de 24 horas, habla con Mikhail y cuéntale que tenemos problemas con unas ratas que debemos casar... la Bratva puede infiltrarse muy bien, ya que no conocen a sus hombres y mucho menos nuestra relación

—Ahorita mismo me comunico con ellos, jefe

—¿Dónde está? —sabía que me refería a Ditta

—En el cuarto de pánico, dijo que no saldría hasta que no estuvieras aquí

Exhale con fuerza, manejar las emociones no era lo mío

—Jefe... —agregó cuando ya estaba saliendo del salón principal

—Dime

—No ha querido comer nada, tampoco ha parado de llorar... debe tener un poco de paciencia —dijo lo último con cautela

—Gracias Alek, por favor necesito que iniciemos la cacería, infiltra alguna noticia falsa, dí que tendremos una reunión familiar en tres días en la Villa, que necesitamos al todo el equipo, vamos a ver si la información sale de acá... —me di la espalda y caminé a la habitación especial de pánico.

Coloqué la clave y lo primero que escuché fueron sus sollozos, la luz estaba apagada, así que al abrir la puerta y que la luz de afuera cubriera el lugar, lógicamente lo próximo que escuché, fue el grito de Giuditta, mientras se abrazaba fuerte a sus rodillas en la esquina donde se encontraba sentada. Corrí en su dirección antes de siquiera pensarlo y la cubrí con mis brazos mientras su cuerpo se ponía rígido y luego se relajaba.

—¿F-fabio? —susurró levantando su cabeza

—Aquí estoy —le respondí dos tonos más bajo—, perdóname por no llegar antes...

—Estás aquí... viniste... tu... grazie, grazie, grazie —repitió las gracias mientras se aferraba con fuerza a mí

No tienes nada que agradecer —respondí igualmente en italiano

¿CÓMO SE TRADUCE EL AMOR? | TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora