¿CÓMO SE TRADUCE EL AMOR? | TERMINADA

40. O BOZHE

ENZO DE LUCA

—Estoy llegando —hablé a través de los dispositivos de comunicación

—Estamos —me tensé ante la corrección el pequeño demonio que estaba a mi lado

—¿Siempre estás así de tenso?

¿Me estaba seduciendo?

¡Esta demente!

¿Realmente me estaba seduciendo?

Ha pasado las últimas horas intentando volverme loco

Esto debe ser una broma

—Alejate —gruñí al verla interrumpir mi espacio personal

—¿Tashie está contigo? —preguntó Alek

—Desearía decir que no, pero sí —respondí

—Peque, Ruslan está en problemas, necesitamos que entres en escena ¿tienes lo necesario?

—Ruslan siempre está en problemas —se burló— claro que sí, tengo todo a la mano

—Necesito que te prepares ya, no dará tiempo a que pasen por el alojamiento —insistió su hermano

—Ponyal —entendido respondió en Ruso

—¿A que se refiere con que entres en escena? —tenía curiosidad

—Intentaré seducir a los albaneses y cuando caigan, me desharé de ellos

—¿Intentarás qué? —estaba realmente confundido

—Necesito que te detengas un minuto para que me ayudes —continuó sin explicar

Decidí ignorarla hasta que me explicara

—Enzo, necesito que te detengas, debo cambiarme de ropa y necesito que me ayudes... Este es un tipo de misión en el cual los hombres pierden por idiotas

Definitivamente esta mujer estaba acabando con mi paciencia

—Bien —respondí, mientras bajaba la velocidad para llegar a un lugar donde poder detenerme

—Ok, pasa mi equipaje de mano por favor

Me estiré hasta alcanzar en la parte trasera su equipaje de mano, mientras ella movía su asiento hacía atrás para adquirir mayor comodidad. Acto seguido bajó la cremallera frontal de su traje táctico, pasando las mangas por sus hombros y bajando por sus caderas hasta quedar en ropa interior de color negro, permitiendo detallar cada centímetro de su piel y su cuerpo, cubierto por un brasier de encaje y unas braguitas a juego que no dejaban nada a la imaginación.

—Por favor saca el vestido brillante que está allí en mi bolso —dijo ajena a todo lo que estaba ocurriendo, mientras terminaba de sacarse el traje táctico

Busqué en su bolso y conseguí una diminuta prenda brillante, la cual no se podría catalogar como un vestido.

—Creo que no lo consigo —ella levantó su mirada y vio la prenda ubicada en mi regazo

—Es ese, el que tienes allí —señaló mientras revolvía sus cosas

—Estas jodiendo Natasha, este pedazo de tela no es un vestido —estaba cabreado

¿Por qué estaba cabreado?

—Tienes razón, no es un vestido, es una perfecta arma mortal —sonrió