Querida Alice:
Quiero contarte que estoy bien.
No sé por qué me tomo tanto tiempo tomar una hoja de papel y una pluma, pero principalmente, tomar el coraje para escribirte.
Tal vez tengas muchas preguntas, y no puedo juzgarte por ello. No puedo volver atrás para evitar lo que te hice. Pero si hay algo que puedo hacer es arrepentirme y pedirte perdón por haberte dejado sola tanto tiempo.
Si es que aun tu corazón llama mi nombre, entonces te pido que me permitas verte una vez más. Necesito explicarte lo que pasó, pero no quiero hacerlo así.
Simplemente, no puedo. Mi corazón ya no late desde que no te tengo a mi lado.
Debí suponer que esto pasaría, que no podría ser capaz de vivir lejos de ti.
Te extraño, Crawford.
Búscame en tu castillo de princesa.
Me encontrarás.
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Nuestro atardecer dorado
DragosteCatherine Cox tiene 29 años, es psicóloga, vive en París y trabaja en un hospital para niños. La última vez que había visitado Broadstairs, el pueblo donde naci, había sido después de graduarse. Los recuerdos de su infancia eran demasiado desgarrad...