Capítulo 18: Me gusta

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Han pasado unas semanas desde que volví a salir de la habitación con normalidad, y no esperaba a que todos se durmieran para bajar a la cocina por algo de comer que dejaba de lado apenas llegaba a la habitación.

He logrado salir poquito a poquito del gran pozo donde estaba, y fue medio fácil porque esta vez no estaba sola. Damien y los chicos estaban conmigo, eran como una tira en el corazón.

Damien no me dejaba en ningún momento, literalmente parecía un chicle. Y no me molestaba, porque no me hace sentir como si me tuviera lastima, me nace sentir en paz y como si de verdad me quisiera y no quisiera que me sintiera sola.

Estaba bajando las escaleras con una sudadera de Damien super grande y un pantalón de chandal gigantezco, un moño gigante y pulula, mi película gigante de unicornio que me ganó Damien en la feria.

Entre a la sala y vi a todos en la sala con ropa de verano. Isabella y Mateo llevan ropa de playa, Damien llevaba una Bermuda negra y una franela negra, brayan tenía lo mismo solo que con una Bermuda roja, y sophia tenía un short blanco y la parte superior del bikini negro.

¿Wtf?

—¿Ha donde van? —pregunto sintiéndome fuera de lugar.

Todos voltean hacia mi y todos sonriendo como si fuera su presa.

—A la playa. —sonríe Damien.

—¿Y todo el mundo estaba enterado menos yo? —me cruzo de brazos fingiendo molestia.

—No habías bajado en todo el día. —dice brayan.

—Estaba haciendo mis tareas pendientes, las que retrase. —digo entrecerrando mis ojos hacia ellos.

—Que conste que no pensábamos dejarte, estábamos esperando que bajaras.

—¿No podían subir y decirme?

—No te gusta que te molesten mientras estudias. Te conviertes en el monstruo del lagones. —dice Sophia riendo.— Queríamos seguir con vida y esperamos a que bajaras.

Ruedo los ojos —no ne convierto en ningún monstruo.

—Sube y cámbiate Morena. —dice brayan.

Me volteo y camino escaleras arribas y entro a mi habitación. Entro al baño, me baño y me cambio de ropa, veo varios trajes de baño pero ninguno me convence. Me pongo uno y coloco una toalla en mi cuerpo.

Saco la cabeza afuera de la habitación.

—¡Damien! —le grito escaleras abajo.

—¡Dime!

—¡Ayúdame con algo!

No duró ni un segundo y ya estaba aquí arriba.

—Dime. —dice ya en la puerta.

Lo hago entrar y lo siento en la cama.

—Ayúdame a escoger.

—¿En que?

Quito la toalla que envolvía mi cuerpo y dejo que mire el traje de baño azul de dos piezas. Doy una vuelta completa enseñándole el bikini.

Los ojos de damien estaban fijos en mi cuerpo y no me molestaba en lo absoluto, se sentía bien tener su atención.

—Te vez increíble. —dice en un susurro audible.

—Lose, gracias. —digo acomodando mi pelo en mi espalda.

—¿Cual era el otro? —pregunta y voy hacia el baño cambiándome y volviendo a salir con otro.

Este ahora es rojo y tenía la espalda trenzada haciendo que de cierta forma sea completo el traje de baño aunque por delante parezca de dos piezas.

—¿Te gusta?

—Acércate. —dice y me coloco enfrente de el. Sus manos tocan mi cintura y miran mi cuerpo desde cerca para luego subir sus ojos hasta mi cara. —me gusta este.

Mi corazón latía con fuerza por tener sus manos en mi piel desnuda de la cintura.

—E-esta bien. —me separo de el para luego tomar mi short y ponermelo..

Miro mi aspecto en el espejo y mi mirada va hacia mi plana barriga.

—Estoy demasiado flaca. —digo poniendome un polo grande de Damien también arriba de mi cuerpo.

Tengo mucha ropa de Damien en mi closet.

—Estas perfecta.

El cosquilleo que mandaron sus palabras pasó de mis mejillas sonrojadas a mi corazón que bombeava como loco.

—Que cosas dices tu. —digo ocultando mi sonrojo con las manos como si me estuviera viendo la cara.

—La verdad.

Tomo mi teléfono, mi bolsa de playa y mis lentes.

—Vamonos. —digo caminando hacia el.

[]

DAMIEN (PAPITORICO)

Si hace unos meses atrás me hubiera dicho que laila me era infiel con uno de los jugadores de fútbol del OPAC, la universidad rival en los campeonatos no me lo hubiera creído.

Ni mucho menos que era tan falsa. Todos saben que detrás de una cara linda se esconden muchas cosas, ahora imagínate en la de una universitaria con problemas de ego.

Pero si hace meses me hubieran dicho que iba a terminar en una una relación falsa, con la chica que siempre miraba en los pasillos a escondidas no te lo hubiera creído.

Mi situación antes con Dakota era rara, la miraba por los pasillos y a escondidas en la biblioteca con la cabeza enterada en uno de sus libros. La miradaba cuando salía con brayan y sophia que ella estaba, intercambiamos pocas palabras, pero esas pocas palabras provocaban algo en mi, un deseo de saber más de ella.

Pero nunca pensé que meses después iba a estar viéndola jugar voleibol y riendo a carcajadas con sophia en la playa. Ni mucho menos que me gustará tanto.

Porque joder, si que me gustaba. ¿Tengo miedo? Muchísimo. Pero es un temor que desaparece con solo oírla reír o verla sonriendo.

—Ya deja de verla, se le caerá un pedazo. —Brayan se sienta a mi lado.

—Cállate idiota.

—¿Te gusta verdad? —asiento lentamente— Lo sabía. ¿Y que harás al respecto?

—No tengo ni la más remota idea.

—Pues, díselo. —lo dice como si fuera lo más simple del mundo.

—No puedo.

—¿Porque?

—Siento que si hablo la cago.

—No lo harás. —dice y pone una mano en mi hombro— pero no te precionare a nada. Cuando estés listo viejo.

Sonrió de boca cerrada y mi mirada recarga en ella.

Tal vez... no lose.

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¡Hola! :)

Besos con sabor a chocolate [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora