CONTENIDO +18 EN EL CAPITULO 26
𝐃𝐔𝐗𝐈𝐍𝐎 | ¡Aquino siempre huele a vainilla! Y duxo quiere descubrir el porqué, sabía que es un objetivo ridículo, pero para él la curiosidad es curiosidad.
Los aclaraciones adentro, los dibujos no son de mi aut...
Aquino y Duxo llegan, y al entrar se encuentran con un ambiente completamente oscuro. Las cortinas están levantadas, permitiendo que el frío viento de la noche entre libremente, llevando consigo una ráfaga de aire helado que se extiende por todo el lugar.
A medida que se adentran en la oscuridad, pueden sentir cómo el frío se cuela por las rendijas de las ventanas y se asienta en el ambiente. El viento agita suavemente las cortinas, creando un susurro que se mezcla con el silbido del aire. Los muebles y objetos en la habitación apenas son visibles, sumidos en la oscuridad.
Aquino y Duxo avanzan con cautela, tratando de encontrar el interruptor de la luz en medio de la oscuridad.
Finalmente, logran encontrar el interruptor y, con un clic, las luces no se encienden.
- No jodas. - Dijo Duxo que había precionado el interruptor.
- ¿Qué sucede...? - Dijo mirando su alrededor el castaño, aferrandose más al azabache.
- No se sí se habia cortado la luz o el interruptor no funciona. - Dijo para luego buscar su celular en su bolsillo, mientras que aquino buscaba las llaves en su bolsillo de su sueter blanco.
- ¡Buh! - Grito Duxo, creando un eco en el pasillo.
Duxo consiguio lo que queria, asustar a su mejor amigo que se estaba aferrandose a el como una garrapata tierna y comoda.
- ¡Hijo de puta! - Dijo aquino soltando a Duxo, agachandose ya que las llaves cayeron al suelo.
- No digas eso de mi mamá. - Dijo activando la linterna de su celular buscando tambien la llave.
- Bueno, ¿Tu mamá imaginaria? - Dijo cogiendo la llave del suelo, y levantandose del suelo.
- Tampoco porque no tengo una mamá imaginaria. - Dijo Duxo, arreglando su pelo que se habia desordenado.
Con la linterna iluminando su alrededor, no tan fuerte, pero suficiente para encontrar el numero del departamento en el que viven ambos. Hasta que encontraron la puerta de su departamento, aquino saco sus manos de su bolsillo ya que estaban bien frias aun; Tardo unos segundos en abrir.
Al cruzar la puerta, Duxo y aquino ingresan al departamento.
Aquino suspiro, rezando que la luz no se haya cortado. Con un clic en el interrumptor la luz de la mini-sala se prenden distinguendo los muebles y los objetos a medida que sus ojos se ajustan a la luz ambiente.
- Sólo porque eres tu funciono. - Se molesto Duxo.
Aquino se rio en silencio, exponiendo sus mejillas con un rubor rosa.
Después de que Duxo notara las mejillas rosadas de Aquino, también se dio cuenta de que sus propias mejillas tenían un tono rosa similar. Esta coincidencia hizo que Duxo se sintiera más consciente del ambiente cálido en el departamento y decidió quitarse su abrigo para sentirse más cómodo. Aquino siguió el ejemplo y también se quitó el abrigo y dejó su bolso a un lado.
Después de deshacerse de sus pertenencias, Duxo decidió simplemente dejarse caer en el sofá, sin intenciones de hacer nada en particular en ese momento. Mientras tanto, Aquino, notando la entrada del viento frío a través de las ventanas, tomó medidas para asegurarse de que el ambiente se mantuviera cálido y acogedor. Cerró las ventanas y bajó las cortinas para bloquear el flujo de aire frío y evitar cualquier corriente desagradable.
Con las ventanas cerradas y las cortinas bajadas, el ambiente del departamento se volvió más íntimo y resguardado del viento frío. Duxo, acomodado en el sofá, y Aquino, encargado de crear un ambiente más acogedor, pudieron relajarse y disfrutar de la comodidad de su hogar compartido.
- Almenos haz tu cena... - Dijo sentandose en la punta del sofá, ya que duxo había agarrado casi todo el espacio del sofá.
- Que paja wbn. - Estiro sus brazos, con un suspiro se sentó denuevo del sofá.
- Levantese. - Dijo dando un leve sape en la cabeza y dirigirse a la cocina.
- Ya voy sonso. - Dijo levantandose del sofá.
Duxo se levanta del sofá y atraviesa un pequeño pasillo hasta llegar a la cocina. El pasillo está iluminado por una suave luz proveniente de una lámpara en el techo. Las paredes están pintadas de un color claro y hay algunos cuadros colgados en ellas, añadiendo un toque de decoración al lugar.
Duxo se acerca a su amigo Aquino, quien se encuentra en la cocina preparando agua caliente. Aquino está parado junto a la pava eléctrica, llenándola con agua del grifo.
Luego de llenar el tazón de ramen con agua caliente, Duxo y Aquino llevan sus platos al sofá y se sientan para comer. Sin embargo, a medida que comienzan a comer, un silencio incómodo se instala entre ellos. Ninguno de los dos parece encontrar las palabras adecuadas para romper la tensión.
En medio de ese incómodo silencio, un sonido aleatorio sale del celular de Duxo. Puede ser un tono de notificación divertido o una canción inesperada. El sonido sorprende tanto a Duxo como a Aquino, quienes se miran brevemente antes de que Aquino estalle en risas.
Aquino no puede contenerse y ríe abiertamente por el sonido inesperado. Sus risas llenan la habitación y el silencio incómodo se disipa lentamente. Duxo también sonríe ante la reacción de Aquino.
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