Cαρ 16

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Aquino unió sus labios con los de su pareja, Duxo, y saboreó el leve sabor a menta que adornaba la boca de Duxo, mientras este disfrutaba de un delicado toque a vainilla en el beso. El castaño se separó lentamente de los labios de Duxo y, con los ojos color miel avellano brillando, observó durante unos segundos los párpados cerrados de su amado. Luego, ambos unieron sus frentes.

Una brisa suave ingresó a través de la ventana abierta, alzando los cabellos de Duxo y Aquino, acariciando sus rostros y jugueteando con sus cabellos.

Duxo, con cariño, acarició el cabello de Aquino, notando que este estaba más sonrojado de lo normal. Con una sonrisa traviesa, Duxo bromeó.

-Estás sonrojado más de lo normal.

Aquino respondió con un puchero, un dejo de molestia en su voz, -Tú también lo estás, idiota!-

Duxo rió suavemente ante la respuesta de Aquino y, con dulzura, acercó su rostro para besar la frente de aquino. -Tienes razón-, admitió con cariño, -pero estoy seguramente sonrojado por tu hermosura-.

Aquino no pudo evitar sonreír, sus mejillas aún teñidas de un ligero rubor. -Y y-yo por la t-tuya,- confesó.

El viento seguía jugueteando con sus cabellos, como si estuviera escuchando su conversación y celebrando que ambos pendejos al fin tienen un tiempo juntos. Ahora duxo se acerca a los labios de aquino, el castaño con las mejillas rosadas y sus manos temblorosas al atreverse sentarse en el regazo de duxo, comienza a jugar con el pelo de duxo.

- Ya. - Dijo aquino separando a duxo de sus labios. - Tengo hambre.

Duxo se ríe. - ¿Qué quieres comer...? - Pregunta con voz perversa duxo.

- Eh, y..yo.. - Aquino se levanto del regazo de duxo, y quedo reflexionando.

- Qué piensas, hagamos sandwiches, compre algo en el centro... - Duxo sonríe. - ¿O quieres comer eso? - Sonrie duxo.

Duxo se adelanta y sale primero de la habitación, donde aquino se tumba boca bajo en la cama, y luego suspira y saca su cabeza para poder respirar, coge su celular y mira la hora: 22:53. No es nada malo aun comer a esa hora...


Lunes, 24 de noviembre de ????

Un noviembre particularmente gris y frío, Duxo se encontraba en su pupitre, sumido en sus pensamientos, observando la lluvia que caía lánguidamente fuera de la ventana. Las hojas, de un amarillo dorado y tonos rojizos, se desprendían de los árboles en un lento ballet que parecía hipnotizarlo. El sonido de las gotas de lluvia golpeando el cristal se sumaba a la melancolía del otoño. Duxo suspiró pesadamente, sintiendo el peso de la monotonía escolar que lo rodeaba.

El timbre que marcaba el final de la hora de descanso sonó, y Duxo volvió la mirada hacia la puerta mientras sus compañeros regresaban al aula. Sin embargo, en esta ocasión, no le tocaba compartir la hora de filosofía con Aquino, con quien solía disfrutar de profundos debates y risas compartidas. Esta vez, le tocaba sentarse junto a Tommy, un compañero menos conocido pero igualmente amigable.

Duxo rompió el silencio con una sonrisa y un saludo amigable:

- Hey, Tommy. - saludó Duxo, observando cómo Tommy tomaba asiento a su lado.

Tommy correspondió al saludo con un gesto de cabeza y se acomodó en su silla. El aula mantenía su atmósfera tranquila y serena, pero Duxo decidió iniciar una conversación para romper el silencio.

- ¿Qué pasa? - preguntó Duxo, curioso acerca de cómo Tommy estaba llevando la tarde.

Tommy suspiró, reflejando un poco de aburrimiento:

-No me gusta la lluvia.. ya lo sabes... - respondió Tommy.

- Por cierto, leí en el grupo de filosofía que el maestro va a faltar. - mencionó Duxo, tratando de añadir un poco de emoción a la tarde. - ¿Tendrimos 1 hora libre..? -Piensa duxo.

۵❝¡𝓗𝓾𝓮𝓵𝓮𝓼 𝓪 𝓿𝓪𝓲𝓷𝓲𝓵𝓵𝓪!❞۵|| ෆ 𝙳𝚞𝚡𝚒𝚗𝚘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora