۵❝¡𝓗𝓾𝓮𝓵𝓮𝓼 𝓪 𝓿𝓪𝓲𝓷𝓲𝓵𝓵𝓪!❞۵|| ෆ 𝙳𝚞𝚡𝚒𝚗𝚘.

Cαρ 20

---- Locochon lore

-Alex, levántate de una vez! Llegas tarde a la escuela.

En el suave despertar de Alex, una voz femenina y cálida traspasa sus oídos, instigándolo a abrir perezosamente los ojos y enfocar la realidad que se desdibuja ante él. Con una sorpresa aún velada en su mirada, lleva una mano a su rostro, percatándose de la ausencia de sus lentes. Al ajustarlos, la figura de su madre toma forma y la regañina resuena, por su tardanza en llegar a la escuela.

Con un repentino impulso de energía, Alex se lanza de su acogedora cama de diseño Spider-Man, como si estuviera listo para ir a la escuela con su pijama. Sin embargo, en su apresuramiento, sus pies se enredan y tropieza, agregando un toque de torpeza a su arranque matutino. La madre de Alex lo observa con un ceño fruncido, pero opta por no intervenir. No está dispuesta a malcriar a su hijo resolviendo cada obstáculo, incluso aquel tropiezo. No es que lo considere incapaz de manejar situaciones como esa; al contrario, reconoce la importancia de que aprenda por sí mismo.

De pie, Alex abandona su habitación y desciende las escaleras con pereza guardarndo la energia inicial que tenia al despertarse. Al llegar al baño principal de la casa, se encamina hacia el lavamanos. Al pasar sus manos bajo el grifo, el agua fría del otoño fluye entre sus dedos, enviando un escalofrío por su espalda. Aunque al principio le estremece, sabe que es un paso necesario. El frescor del agua matutina le devuelve un despertar completo.

Con la frescura del agua aún acariciando su rostro, Alex sale del baño y se apresura a subir las escaleras. En su habitación, se sumerge en vestirse con el uniforme escolar. Las prendas caen en su lugar como las piezas de un rompecabezas, conformando la vestimenta que lo acompañará en las aventuras diarias de la escuela.

Con el bolso al hombro, Alex deja su habitación una vez más, descendiendo las escaleras con su bolso balanceándose al ritmo de sus pasos. Al llegar a la cocina, decide tomarse un momento para alimentarse, agarrando un pan que le brinde un poco de energía. Al adentrarse en la cocina, se encuentra con su madre, cuya expresión denota cierta molestia; La ausencia de su padre flota en el aire.

-¿Papá fue al trabajo?- Pregunta con boca llena Alex, frotando sus lentes con su mano libre, parado al lado de la mesa.

Su madre suelta un suspiro que atraviesa los oidos buenos de Alex. -Algo asi, dejando de lado esto vamonos.

Antes de que Alex pueda indagar más sobre la atmósfera tensa, la escuela emerge como una distracción inmediata. Su madre, con un gesto rápido y eficiente, le entrega a Alex su almuerzo empacado, indicándole que lo guarde en su bolso. Ambos, se apresuran a salir de casa, la urgencia en sus movimientos revela la importancia de llegar a tiempo a la escuela. Las preocupaciones personales quedan momentáneamente en pausa, eclipsadas por la rutina matutina y la carrera contra el reloj.

En la entrada de la escuela, las orejas lobeznas de Alex, una peculiaridad que lo hace destacar, caen suavemente cuando su madre le acaricia la cabellera al despedirse. Con un gesto afectuoso, ella le desea un buen día antes y una advertencia que se comporte y luego retirarse. Alex, sin más opción que dirigirse hacia el portón de la escuela, se adentra en los largos pasillos que lo conducen hacia su salón de clases.