Cαρ 25

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Un rato más...

En una fresca noche, el viento susurraba entre los árboles mientras las luces de un restaurante cercano iluminaban la calle. Adentrarse en el local era como sumergirse en un remanso de tranquilidad, con la luz tenue creando una atmósfera acogedora. Al entrar, el suelo de baldosas resonaba levemente con cada paso de los comensales, mientras el murmullo de conversaciones llenaba el aire. El sonido de los tenedores contra los platos se mezclaba con la música de fondo, creando una sinfonía peculiar. Los camareros se movían con agilidad entre las mesas, llevando y trayendo platos humeantes de deliciosas comidas.

Aquino, nerviosamente mira a su alrededor, no podía creer que finalmente llegó este jodido momento, de pie en el restaurante que ni creyó una vez entrar, en su cabeza se le llegó que podría ser una cita ahí con puesto en la calle... oye Aquino, Duxo no es tan pobre.

Duxo fue más en frente pero no dejó a Aquino detrás, controlando su ritmo nervioso finalmente llegaron en la mesa reservada. El castaño se preguntaba, "¿qué hice para ser merecedor de esto?" Esto le daba una mala pinta, se parecía a una linda despedida.

Ambos jóvenes evitaban intercambiar miradas por lo nerviosos que estaban, luego de varios segundos duxo toma la iniciativa y decide empezar una conversación cálida recordando varios momentos simpáticos, ambos pasan un momento cálido y cómodo.

Luego de varios minutos en conversar deciden pedir un menú.

—¿Qué te apetece Aquinin?—Duxo soltó una risita nerviosa. Agarrando un plato plano de vidrio color blanco y extenderla a Aquino.

—No lo sé, todo parece de lujo y no sé que pedir...—El castaño no sentía que se merecía comer algo tan costoso como las que ofrecería el azabache.

—¡No te contengas! Yo estoy invitando puedes pedir lo que quieras—Duxo dio en contra a la negativa, agitando el plato.

Aquino entre reojo finalmente cedió y recibió el plato, y temblorosamente mira los puestos en orden cada una con su propia luminaria. El cataño escogió la clásica "ají de gallina" su favorita, Duxo ya sabía que escogería aquel plato y este solo sonrió. Ambos al elegir cada uno sus menús volvieron a sus correspondientes mesas y siguieron hablando, pero llega un momento que ya no tienen un tema de que hablar.

— ¿Te parece bien ir por unos postres? Tienen buena pinta...— Ofreció el azabache levantando como signo de que se dirige a la sección de postres.

— No lo sé, me lleno bastante el ají de gallina, me da igual te acompaño.— Aquino se levanta de su silla y se dirige con Duxo a la sección de postres.

— ¿Qué te parece este?— apunto un tarta de queso.

— Se ven ricas, el problema es que voy a quedar atrasado en el baño por dos horas— bromeo Aquino. Duxo lanzó unas pequeñas carcajadas y optaron por escoger otro.

— Este parece delicioso. — Era una tarta de helado con frutillas, emitía un aroma que ambos quedaron encantados y la escogieron.

Una vez ya con los postres en mano, Duxo va tras de Aquino para volver en su mesa, con una sonrisa tallado en su rostro. Ya cuando se sentaron, Duxo jugaba con la tarta de queso, Aquino pensó que ya compro demasiado.

—Si... no tienes tanto dinero yo pagó una parte...—

Con una mirada vacilante, Duxo respira entrecortado.—No es eso, tengo bastante dinero—Toma una pausa antes de mirar seriamente la los ojos de Aquino.

—Me sabe amargo decirte esto en nuestra primera cita...— Duxo se rasgó nerviosamente su cabellera, y bajó su mirada en la tarta de queso que estaba sobre la mesa.

۵❝¡𝓗𝓾𝓮𝓵𝓮𝓼 𝓪 𝓿𝓪𝓲𝓷𝓲𝓵𝓵𝓪!❞۵|| ෆ 𝙳𝚞𝚡𝚒𝚗𝚘.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora