Las sábanas se movían suavemente; alguien se había dormido allí... ¿quién más podría ser?
Aquino, eran las 4 de la tarde.
La puerta se abre lentamente, como si alguien supiera que el castaño estaba dormido. Detrás de la puerta se revela la figura de Duxo, con una expresión de cansancio en el rostro. Sin embargo, su expresión cambia a una más tranquila al ver a Aquino en la cama. Una sonrisa se dibuja en el rostro del azabache y con sumo cuidado se acerca al castaño, evitando cualquier ruido que lo despierte.
Poco a poco, se sube a la cama hasta estar cerca de Aquino. Pasa su mano lentamente por debajo de la cabeza del castaño y luego reposa su otro brazo sobre su pelvis. En cuestión de minutos, también se queda dormido junto a Aquino; el olor a vainilla parece un aromatizador, no es fuerte, pero se percibe claramente al respirar profundamente.
Cuando Duxo se duerme junto a Aquino, el castaño se despierta, con la cara de perezoso. Una línea seca de saliva se desliza desde la comisura de sus labios. Luego recuerda que no ha sonado la alarma y se siente halagado de haber logrado vencerla por fin. Aún adormilado, nota una bola negra junto a él. Al principio piensa que es un gato.
—Qué es esto... wtf...?— Aquino empuja suavemente a la bola que no tenia ni idea que era Duxo, un gemido grave se escapo de los labios de Duxo. Un gato no suelta gruñidos graves, pensó Aquino.
Al escuchar el gemido grave proveniente de la bola negra, Aquino se frota los ojos y finalmente su vista borrosa enfoca a Duxo, quien ya está despierto.
Un escalofrío recorre en la columna de Aquino, y Duxo por su parte solo se sentó en la cama frotándose la nuca con los ojos cerrados y bosteza a la vez, tan pronto que abrió sus ojos solo surgió un silencio.
—Te esperaré abajo, dame una sorpresa aquinito.
El azabache se levanta, se estira los brazos y camina hacia la puerta y justo se detiene, y voltea a mirar a Aquino quien se levantaba e iba hacia el clóset. Las comisuras de este se elevan en una cálida sonrisa antes de caminar dando golpecitos en el suelo con las manos en su bolsillo del costado de su pantalón negro e irse en la cocina.
Aunque ya son novios, siempre le emociona pasar tiempo especial juntos, debido a que la universidad les dedica muy poco tiempo juntos. Decide vestirse con su mejor atuendo, queriendo lucir genial para el.
Finalmente, Aquino elige un conjunto moderno y elegante: unos pantalones ajustados, una camisa de colores vivos. Completa su look con unos zapatos a la moda y un reloj llamativo.
Nerviosamente con un nudo en el estómago que lo amenaza hundirse más y volverse muy incomodo, finalmente sale de la habitación un poco avergonzado de irse casual en una cita con Duxo, dado que el azabache iba formal.
Duxo abajo con camisa ajustada sexy... ¿será cierto lo que insinúa Soarinng?
Mirando el suelo mientras caminaba sin mirar su frente, se golpea contra esos pecho blandos con olor tenue de perfume masculino...
Sus mejillas se pintan en rosa y se aleja temblando del lugar acogedor, nervioso en mirar a los ojos del azabache, una mano cálida roza su hombro, y lo tomó de la mejilla para hacerlo mirar a los ojos.
Aquino tímidamente mira a los ojos de Duxo, el azabache solo se limita en reírse en silencio y sonreír antes de dar un beso corto en los labios del castaño.
—No tengas vergüenza, me puedes tocar el pecho tantas veces como quieras, solo qué, no son tan blandas como se ven.— Explicó Duxo abrazando a Aquino así presionar el rostro del castaño contra su pecho.
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۵❝¡𝓗𝓾𝓮𝓵𝓮𝓼 𝓪 𝓿𝓪𝓲𝓷𝓲𝓵𝓵𝓪!❞۵|| ෆ 𝙳𝚞𝚡𝚒𝚗𝚘.
FanfictionCONTENIDO +18 EN EL CAPITULO 26 𝐃𝐔𝐗𝐈𝐍𝐎 | ¡Aquino siempre huele a vainilla! Y duxo quiere descubrir el porqué, sabía que es un objetivo ridículo, pero para él la curiosidad es curiosidad. Los aclaraciones adentro, los dibujos no son de mi aut...