Aquino, con los ojos abiertos de par en par, sostiene su celular con atención mientras escucha a su amigo.
-Soarinng, solo... solo debías haber dicho que no podía venir a tu apartamento...-
El joven castaño se pasa la mano por el pelo, alborotándolo.
-Ajá, pero ¿cómo crees que lo vas a sacar ahora? No es recomendable echarlo, solo empeoraría las cosas-
Aquino pasea por su habitación, absorbiendo cada palabra temblorosa de su amigo.
-Pero, Soarinng, ¿cómo conseguirás eso? Están peleados, ¿cómo se encuentra ahora mismo? ¿Habla con las paredes?-
-Entonces nos vemos allí... - Aquino estuvo de acuerdo al finalizar la llamada con su amigo, pero al colgar, se percató de que Duxo lo observaba. Los ojos del joven brillaban intensamente mientras se acercaba a Aquino y lo acorralaba en la cama.
-No sé qué demonios estoy haciendo... - Duxo rió suavemente, acariciando la mejilla de Aquino antes de liberarlo y apartarse, volteando hacia otro lado mientras se rascaba nerviosamente la cabeza y hacía un ligero tintineo con los pies en el suelo. Las mejillas de Aquino se tiñeron de rosa.
-Eh... ¿una cita? ¿Quieres salir mañana? Yo invito... - Duxo finalizó tímidamente.
Aquino sonrió, cerrando los ojos con una risita suave antes de suspirar.
-C-Claro... - La sonrisa de Duxo era algo forzada, pero mantenía su compostura.
Sonaba tranquilo, pero Aquino en sus adentros chillaba de emoción.
Aquino se levantó de la cama, estirándose antes de dar un beso rápido en la mejilla de Duxo.
-Me voy a encontrar con Soarinng, ¿está bien? - Preguntó Aquino, esperando una reacción positiva.
-No hay problema, Aquino - Duxo rió nerviosamente, sellando la conversación con un rápido beso en los labios de Aquino antes de dejarlo en paz.
-Cuídate. - Duxo añadió, despidiéndose con una nota de preocupación.
En el camino hacia el departamento de Natalan, Aquino miraba nerviosamente al suelo mientras caminaba rápidamente. Soarinng se había mudado con él después de reconciliarse, pero una sorpresa lo aguardaba: Locochon, en lágrimas, apareció justo en la casa de Soarinng después de una discusión con C3jo.
Soarinng, inicialmente preocupado por ambos, se debatía entre cuidar de sí mismo y atender la situación de su amigo. Al llegar al edificio, Aquino se detuvo frente a la estructura, mirando hacia arriba. Entró sin problemas, notando la ausencia del portero, pero eso no le importó en ese momento. Su atención estaba dividida entre la incertidumbre del encuentro con el azabache y la preocupación por su amigo.
Con un último paso inseguro, murmuró el número del apartamento de Soarinng, pero al llegar al pasillo, se dio cuenta de que había olvidado el número. Se rió suavemente, golpeándose la cabeza, antes de reconocer el apartamento por los gritos que recordaba como la voz de Natalan.
-¡Tómate la medicina, imbécil! - Natalan gritó, y Aquino, al llamar a la puerta, fue recibido por un tembloroso Soarinng.
-¿Y ahora qué pasa? Ah, hola, lo siento... - Aquino rió nerviosamente, entrando al departamento y caminando hacia la sala, donde Locochon se resistía a tomar las pastillas antipsicóticas mientras Natalan insistía de manera impresionante.
Aquino miró severamente a Locochon, quien, al sentir la mirada fría de Aquino, Natalan se levantó y se acercó a Soarinng con los brazos cruzados.
-H-hola, Loco... - Saludó Aquino, aunque su mirada era fría, demostraba estar tremendamente nervioso y tímido. Al no recibir respuesta de Locochon, suspiró.
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۵❝¡𝓗𝓾𝓮𝓵𝓮𝓼 𝓪 𝓿𝓪𝓲𝓷𝓲𝓵𝓵𝓪!❞۵|| ෆ 𝙳𝚞𝚡𝚒𝚗𝚘.
FanfictionCONTENIDO +18 EN EL CAPITULO 26 𝐃𝐔𝐗𝐈𝐍𝐎 | ¡Aquino siempre huele a vainilla! Y duxo quiere descubrir el porqué, sabía que es un objetivo ridículo, pero para él la curiosidad es curiosidad. Los aclaraciones adentro, los dibujos no son de mi aut...