CarolinaMi oficina se inunda con el olor a café, majestuoso café. Doy un gran sorbo degustándolo en mi lengua, —gimo de placer— nadie puede opacar mi día.
Hable demasiado rápido, en recepción se escuchan gritos, sin embargo, no necesito despegar mi vista del monitor del computador para saber que es una de mis mejores amigas. Sin duda alguna las amo con todo mi corazón, pero hay ocasiones en donde quisiera asesinarlas
O cambiarlas por café.
Eso suena maravilloso. Tomo la tasa entre mis manos y la llevo a mi boca, sin levantar mi mirada del monitor, cuando la puerta de mi oficina se abre de golpe.
—Desearías cambiarme por más café ¿Verdad? —somos complementos ¿Qué puedo decir?
—Señorita yo... —elevo mi mano en señal de alto.
Lo único que me preocupa es que me quede sin secretaria. Estoy segura de que Diana y Zurisaday le sacaran canas verdes a la pobre Anna.
—No te preocupes Anna, ella —señaló a mi mejor amiga —puede entrar. Gracias, puedes retirarte. —mi secretaria sale cerrando la puerta. —Como todos los días —le respondo a Diana y sonríe.
—Tienes ortodoncia. —me levanto de la silla y camino a encontrarme con ella, fundiendo nos en un abrazo fuerte. —Me abandonaste —reclamo y hago un puchero.
—No te abandoné —se ríe. —No es como si México estuviera muy lejos tampoco. Solo a unas 5 horas de vuelo. —se encoge de hombros.
Le dije que nuestra amiga Zuri no debería tardar en llegar para irnos a comer, cuando otra vez escuchó gritos a fuera. Observo a Diana quien se ríe por toda la situación.
¿Qué haré con estas mujeres?
Una Zuri, muy enfadada, se adentra discutiendo con mi secretaria que ella nunca se va a anunciar. Supongo que son privilegios de ser mis amigas.
Vaya...
—Anna —le hablo. —me disculpo por estas mal educadas —las señaló y me fulminan con la mirada. —ellas son mis mejores amigas, pueden entrar, solo ignóralas.
Piensan decir algo por qué veo en cámara lenta cómo abren sus bocas, pero les indico con mis dedos qué callen y las veo apretar los labios. Eso es, buenas niñas.
Salimos de la oficina rumbo a un restaurante italiano cerca de aquí para poder dialogar un poco. Tenía meses sin verlas, a una por estar en México con su familia y la otra... Bueno de ella no tengo ni idea de por qué no nos vimos, solo sé que me dio largas por meses. Espero me cuente el motivo.
Cuando nos adentramos al lugar, el chico que nos informó que nos atendería no le quita su mirada a Diana. No lo culpo, mi mejor amiga tiene un cuerpo fenomenal y unos ojos grises divinos.
Preciosa.
Lo sé.
La mujer frente a mí, no le presta ni la más mínima atención al chico, su atención se la lleva el menú. Zuri por su lado le brinda un codazo a nuestra amiga para que observe al chico —es guapo— Diana solo bufa colocando los ojos en blanco y renegando qué no la molesten.
—¿Algún día aceptarán a Michael? —pregunto cuando terminamos de ordenar.
—¿Por qué la pregunta? —cuestiona Zuri. Diana, por su lado, solo responde un tajante: Sí.
—Tome la decisión de presentárselo a mis papás —Susurro.
Siguen esperando que respondan, bueno, supongo que no me escucharon, tampoco es que pueda culparlas, siendo sincera ni yo me escuche, pero me aterra su reacción. Tomo una respiración profunda.
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NO ME DEJES
RomanceUn matrimonio arreglado. Un crush de la infancia. Siete años de diferencia. De este acuerdo... ¿Que podría salir mal? ✨Este libro es un slow burn✨ ⚠️Prohibida la adaptación, plagio, modificación o uso indebido de está historia. Esta historia cuenta...