Conan.
Carolina ha cambiado con el paso del tiempo, estoy convencido, pero la esencia de lo que ella siempre fue cuando la vi crecer, sigue intacta. Estoy enamorado de ella, siempre lo estuve, desde que tenía once años. Solo que jamás me atreví a moverme en su dirección por la diferencia de edad. Lo sabía, no era posible.
Ahora puedo ver que siempre la extrañe, estuvo tatuada en lo más profundo de mi corazón, aun así, he de admitir que, para mí, era impensable moverme en su dirección y querer entrar en su vida de nuevo.
Por lo tanto, debo agradecerle al maldito que la acecha. Me la ha colocado en una bandeja de plata, a mi merced.
Increíble.
Un loco deambula por la vida asustándola a ella y su familia y lo consigue. ¿Quién diría que su padre aceptaría el trato con mi padre? Un matrimonio arreglado en mi familia no es novedad, se lo hicieron a mi padre, y uno de mis tíos, el único que se casó enamorado fue Thomas, el padre Callum, «recordar parte de la historia de mi familia es amarga». Sacudo mi cabeza para eliminar esos pensamientos.
Mi hermosa prometida da un pisotón al suelo para salir furiosa de mi oficina, parece la niña pequeña que tanto recordaba mi corazón. Me rio sin poder evitarlo, —es gracioso—. Verla salir moviendo ese exquisito trasero me resulta difícil mantenerme en mi lugar y mi erección se hace presente. Creo que me pase un poquito al zanjar el tema, pero es la persona más necia que he conocido en mi vida.
No es nada complicado comprender que quiero costear las cosas de mi boda. También es su boda y quiero que tenga todo lo que desee sin ningún tipo de restricción.
—Anna. —Llamo a mi secretaria por el intercomunicador. —Ven a mi oficina.
Digo un adelante, cuando toca mi puerta.
—¿Me explicas por qué no sabían de la llegada de mi mujer en la recepción? — Soy directo.
—No tenía idea de que no le permitirían pasar, señor. —aclara. —Envié la información que me proporciono a recursos humanos para que le dieran un gafete como me lo indicó. De hecho, todos recibieron desde ayer el comunicado en sus respectivos emails.
—Entonces... ¿Qué pasó?, porque tuve que bajar por ella. Es claro que alguien no está haciendo bien su trabajo.
—Entiendo su molestia, señor. Investigaré que fue lo que sucedió. Aun así, me disculpo por la molestia que se ocasionó.
Solo asiento. No me gusta regañar a mis empleados, siempre he procurado mantenerlos feliz, soy de la creencia que un empleado bien remunerado y en un buen ambiente laboral, hará que sean más eficaces y felices. Sin embargo, no voy a perdonar que no dejaran pasar a mi novia.
¿Novia?
Es lo mismo... nos saltamos muchos pasos. Pero, ¿qué se le puede hacer?
—No te molestes. Lo checaré personalmente. Puedes retirarte. —la detengo de nuevo, porque hay algo que me da vueltas en la cabeza. —Anna, tú sabías que ella era mi prometida, ¿Por qué te sorprendiste al verla? —Cuestiono.
—No fue sorpresa, desde que me menciono quién era su prometida, sabía que era mi ex jefa. De hecho, pensaba en decir que estaba enferman para no asistir —Anna se ríe, pero no comprendo el porqué. —era por pena. —explica. —Ella fue una gran jefa, pero aquí me ofrecían un sueldo mejor y estaba muy necesitada y acepté.
—Sabes que tu trabajo conmigo es temporal, ¿verdad? —Veo cómo su cuerpo se pone rígido y una sonrisa tensa aparece. —No me malentiendas, seguirás trabajando para la compañía; sin embargo, no aquí.
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NO ME DEJES
RomanceUn matrimonio arreglado. Un crush de la infancia. Siete años de diferencia. De este acuerdo... ¿Que podría salir mal? ✨Este libro es un slow burn✨ ⚠️Prohibida la adaptación, plagio, modificación o uso indebido de está historia. Esta historia cuenta...